La noticia de la reapertura al marisqueo de Lourizán y Lourido llega en un contexto de bonanza para los mariscadores. Este año, las cifras de negocio para las cofradías de la Ría de Pontevedra están siendo muy buenas. Así se constantan en los datos de la lonja de Campelo, la única en la que se comercializa la almeja recogida en la zona.

La citada lonja ubicada en la parroquia poiense ha facturado a estas alturas del año casi 2,3 millones de euros. Esta cantidad es 800.000 euros más elevada que la del año 2016 a mediados de agosto (1,5). Tan solo en 2013 y 2012 las facturaciones hacia el final del verano fueron más elevadas (2,6 y 2,8 respectivamente) en relación a los años anteriores. De hecho, tan solo los dos ejercicios citados superan el dinero facturado de este año 2017 en lo relativo a la última década.

Una de las cuestiones más variables más importantes para entender el buen año para el marisqueo en la Ría de Pontevedra es la ausencia de mareas rojas. De hecho, de las cinco zonas de marisqueo de moluscos infaunales en las que actualmente se divide el entrante, tan solo una (la V y más interna) ha obtenido resultados de aguas con toxinas en este 2017. El 26 de mayo reabrió. Mientras, el último cierre de las otras data de julio o noviembre de 2016.

En este sentido, el patrón mayor de la Cofradía de San Telmo asegura que este año ya han facturado "el doble" que a estas alturas de 2016. Además de la ausencia de toxinas, César Rodríguez también apela al buen precio al que se está vendiendo la mercancía, así como a la presencia de una buena cantidad de marisco, sobre todo de las piezas recolectadas a flote.

Sin embargo, las cofradías son excépticas ya que "en este trabajo nunca hay seguridad" y la aparición de biotoxinas de forma prolongada puede hacer que el buen año, finalmente, no lo sea tanto.