-Viendo su trayectoria es como si ustedes siempre hubieran perseguido la posmodernidad. Su último álbum se llama Canciones para robots románticos, uno de sus videoclips de 1.992 era un videojuego...
-Es que en aquel momento Fangoria no era solamente un grupo, sino un estudio de grabación que pretendía ser también un estudio de videojuegos. Nuestra idea era desarrollar videojuegos y teníamos un equipo, que fue el que hizo ese vídeo, que hacía una realización digital que por entonces no hacía mucha gente. Es verdad que, en aquel momento en que nuestra compañía produjo varios videoclips de Fangoria y otros grupos, quizá por tener un proyecto más minoritario que nos dejaba tiempo libre, nos dedicamos a hacer otras cosas. Cosas que no eran muy habituales a principios de los 90.
-Y ya que tanto imaginaron el futuro ¿Se parece el mundo en algo a como creían que sería hace dos o tres décadas?
-No es tanto lo que pensábamos hace dos décadas, que ya éramos jóvenes y teníamos otra visión. A lo que no se parece en nada el mundo es a lo que imaginábamos cuando éramos pequeños. Piensa que Nacho y yo somos de la generación que fueron niños en los 60 y 70. Veníamos asimilando una cultura de cómics y dibujos animados, muy norteamericana. Por supuesto, nuestra suposición era que pasado el año 2.000 los coches volarían, todos los aviones serían supersónicos, el espacio sería un lugar para ir de vacaciones? y nada de esto ha ocurrido. El futuro va más despacio de lo que creíamos cuando éramos pequeños.
