- Intuyo que la fama es de los peajes que más le ha costado pagar?
-Es un precio que hay que pagar, lo que sucede es que es verdad que a veces es demasiado alto, demasiado alto, sobre todo la sinrazón, la mentira... La verdad es que si, que lo he llevado bastante regular pero, bueno, también he aprendido y ahora lo llevo mucho mejor, dejé de estar enfadado.
- Qué remedio, porque sorprende el alto nivel de exposición pública que han tenido desde la infancia?
-Por eso, por eso yo sé lo que era la prensa, lo que ha sido siempre la prensa, y el cambio que ha tenido para mal, la verdad es que ha sido un cambio brutal, ha ido a peor y más a peor, hasta el punto de que casi casi lo que vende ahora realmente es lo malo, cuando antes lo que se vendía era lo bonito y lo bueno, pero yo espero que esto sea cíclico y que vuelva todo a un poco a su ser. Sobre todo pienso que todo el mundo tiene derecho a su parcela de privacidad.
- A cambio de los sacrificios que exige el toreo ¿lo mejor han sido los triunfos o los éxitos se viven en privado?
-Ha sido todo, este es el momento en el que se mezcla todo y es muy difícil diferenciar nada, la verdad, ha sido todo.
- ¿Qué le gustaría inculcar a sus hijos?
-Sobre todo respeto, capacidad de sacrificio, amor al toro por supuesto, y especialmente intento inculcarles que tengan muchos sueños y que luchen por sus sueños, yo creo que los sueños se cumplen, solo que hay que echarle muchos cojones (risas).
- ¿Le gustaría o le espanta la idea de un hijo torero?
-No me lo planteo, la verdad es que no me lo planteo.
- Su total adiós del toreo será en septiembre en Ronda, una plaza a la que se siente tan vinculado?
-Si, nosotros tenemos sangre de Ronda, nos hemos criado en Ronda, la primera vez que toreé en mi vida fue allí, para nosotros es nuestra casa, es lo más especial. Y luego la goyesca es la goyesca, la corrida más especial y de más categoría del año en el mundo.