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Solo el 10 por ciento de las ayudas en prevención son para particulares

Las comunidades de montes creen que el actual modelo de gestión "no aborda la realidad" - Reclaman incentivos al asociacionismo privado

Del total de ayudas que la Xunta de Galicia da en materia de prevención de incendios forestales, solo un 10 por ciento se destina a propietarios particulares, cuando el 66 por ciento del territorio está en manos de estos. Así lo asegura Iván Pérez, presidente de la Mancomunidade de Montes de Pontevedra.

"No se aborda la realidad y se pide como requisito mínimo una hectárea, pero, ¿quién la tiene?", se lamenta.

Las comunidades de montes reconocen que todavía les queda mucho por hacer, pero que también que es necesario un control estricto del cumplimiento de la legislación, que repercutiría "en un mejor estado del monte".

"Lo que ocurre con los montes no ocurre, por ejemplo, en otros ámbitos. Es como si en la carretera condujésemos todos a 150 kilómetros por hora sin cinturón de seguridad y bebidos. Pues con el monte parece como si no pasara nada y el estado en el que se encuentra actualmente favorece fuegos más virulentos", explica Pérez.

Pero para ello, considera que es fundamental el incentivo económico desde la Administración autonómica. "Lo que no puede ser es que las zonas en las que se encuentran yacimientos arqueológicos, como es el caso, queden excluidas, ya que, precisamente, son áreas que están ubicadas muy cerca de los núcleos de población", señala. Una situación que ha afectado, por ejemplo, a la Comunidade de Montes de Lourizán.

Los comuneros reclaman que se trate de favorecer el asociacionismo de los particulares para favorecer el mantenimiento de los montes de la comarca.

"Somos conscientes de que las comunidades de montes deberíamos tratar de ser el ejemplo, pero nos encontramos con muchas condiciones que dificultan este trabajo", indica el portavoz.

La falta de limpieza tanto en las proximidades de las viviendas como de las carreteras es otra de las críticas de los comuneros. "La normativa establece unas distancias mínimas que no se cumplen, por lo que proliferan las especies pirófitas como el eucalipto o el pino. Los márgenes de las carreteras no están libres de combustible".

Iván Pérez cree que el riesgo de incendios todavía no ha pasado, pese a que ya se haya cumplido un año de los que afectaron el verano pasado a la comarca. "El peligro no pasa, y menos con el actual modelo de gestión. Lo del año pasado, cuando se cumplió el décimo aniversario de la oleada de fuegos de 2006, ya se quedó en el olvido", se lamenta.

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