La evolución de la actividad de la primera naviera del mundo en el puerto de Vigo en el último año avanza su intención de abandonarlo pronto del todo. A finales de junio FARO revelaba que el planteamiento de Maersk pasaba por suprimir los pocos tráficos que explotan en la actualidad en Guixar para centralizarlos en Marín, pero los últimos datos estadísticos ya revelan la consumación de una retirada completa de la terminal viguesa. Como muestra, el paupérrimo balance cosechado por la armadora el pasado mes de junio con apenas 7.000 toneladas, un movimiento irrisorio que equivaldría a la descarga de un portacontenedores, y pequeño. Pero la marcha definitiva arrancó bastante antes, porque desde enero las cifras de la danesa no han hecho más que desplomarse mientras que en Marín, según datos oficiales divulgados por sus gestores, han seguido creciendo de forma espectacular.

Aprovechando el cierre del primer semestre de año, la cúpula de la Autoridad Portuaria de Vigo se puso a analizar en profundidad el comportamiento de las mercancías descargadas y cargadas por Maersk en Vigo desde 2015. El principal objetivo era calibrar el impacto causado en la estadística por la controvertida reestructuración de escalas que la armadora inició en mayo del año pasado con motivo de su decisión de asentarse en Marín a raíz de un concurso convocado por internet que ganó la concesionaria de la terminal contenedora de este puerto, Pérez Torres. Sin olvidar que la naviera danesa también sufrió la incidencia de la huelga de la estiba, obligándole a derivar buques a puertos como el portugués de Leixões, los técnicos de Praza da Estrela señalan al desvío de Maersk a la terminal de la Ría de Pontevedra como primera causa del retroceso de Vigo en este primer semestre del año en el cómputo global de mercancías contenerizadas movidas con grúa (Lo-Lo), con un 32% menos de carga al anotar 150.000 toneladas.

Comparación anual

Para argumentar esta tesis, en el citado análisis comparan el tráfico gestionado por la naviera el pasado junio con el del mismo mes del año anterior para concluir que "la variación ha sido de más de 50.000 toneladas en solo un mes, destacando los descensos en pesca congelada, granito elaborado, metales, maquinaria, madera y alimentos", enfatizan. Tan acentuada fue la caída del balance del gigante escandinavo que sumó solo 6.997 toneladas, un pírrico volumen de carga que apenas daría para llenar 250 contenedores, un movimiento bastante inferior al que solían desarrollar los barcos de Maersk antes de su desembarco en Marín.