Vecinos de Santa Margarita, comuneros de Mourente y técnicos especialistas en conservación de árboles singulares piden una intervención urgente que frene el deterioro del carballo de Santa Margarita, al tiempo que critican la "desidia" y "burocracia absurda" de la Xunta en la protección del emblemático árbol.

Las plagas y el tráfico de vehículos en las inmediaciones han desvitalizado sensiblemente al carballo, una de cuyas ramas, de unos 200 kilos, acaba de desplomarse. "No es la primera vez que sucede, también han caído sobre la carretera, es urgente tomar medidas para que no se siga cayendo", explica Carlos Morgade, presidente de la Comunidad de Montes de Mourente, que exige la inmediata puesta en marcha del plan presentado por el Concello para proteger el ejemplar.

Este proyecto contempla la inversión de 200.000 euros en la mejora del entorno del carballo con la retirada del asfaltado y el hormigón, dejando espacio para un alcorque de más de 20 metros alrededor del ejemplar.

También se busca garantizar la supervivencia del otro árbol que crece cerca del centenario carballo, un hijo de éste que fue plantado en el año 2002, entre otras intervenciones encaminadas a garantizar la conservación del ejemplar que figura en el catálogo de Árboles Senlleiras de Galicia.

Todas estas iniciativas del plan presentado el pasado mes de octubre dependen actualmente de las autorizaciones de la Xunta, que "siempre ha tenido una actitud despectiva y de desidia respecto al carballo; incluso conservamos un escrito de un antiguo delegado de Medio Ambiente que nos respondió algo así como que de los árboles caídos se encargue el Concello", denuncian los comuneros.

Éstos lamentan especialmente que "para una vez que hay un proyecto de mejora del árbol, que es el que propone el Concello, los obstáculos son totales. Lo único que hizo en su día la Xunta fue incluir al carballo en el catálogo de Árboles Senlleiras precisamente para supervisar cualquier acción que se realice, de modo que haya que asumir su burocracia lenta y desastrosa que no soluciona nada".

No sale mejor parado el Arzobispado, propietario de la capilla de Santa Margarita, al que los vecinos acusan de "desinterés porque, como mucho, se limita a dejar hacer", critica la Comunidad de Montes de Mourente.

Los especialistas consultados ayer por FARO advierten de que estos trabajos de conservación no están exentos de peligros. Técnicos de la empresa que ha acometido en los últimos 20 años en Galicia varias de las más importantes restauraciones de árboles monumentales han mantenido contactos con sus colegas de Parques y Jardines del Concello de Pontevedra "con los que se ha hablado de que hay que retirar solo parte del asfalto, porque a otra parte mismo el árbol ya está totalmente adaptado".

Recomiendan alejar el tráfico del árbol y retirar el asfalto, pero no todo el pavimento. Consideran que sería "un error brutal porque se ha adaptado para él" y levantarlo requiere la utilización de procesos que podrían provocar graves heridas al carballo. Añaden que "en Galicia apenas hay empresas que tengan la maquinaria para hacerlo bien y si se utiliza otro tipo se corre el riesgo de reventar las pocas raíces sanas que conserve".

Cablear, "nunca apuntalar"

En general, los especialistas en árboles antiguos recuerdan que "no es posible cambiar en un corto plazo al 100% las condiciones a las que un árbol está adaptado aunque reconozcamos que esas condiciones son plenamente negativas". Es preferible en estos casos que el carballo vaya adaptándose a su nuevo entono "dándole tiempo, no alterando inicialmente todas sus condiciones por mucho que estén lejos de ser las idóneas".

Tras evitarle el tráfico sugieren como primera medida hacer frente a la plaga de taladradores y posteriormente "atender a la recuperación de la vitalidad", facilitando que el ejemplar recobre fuerza. "En Galicia hay carballos mucho más antiguos y con mucha mayor energía, no es problema de la edad del ejemplar de Santa Margarida sino del mal cuidado", explican en este punto.

Finalmente, un tercer paso para la recuperación sería el cableado. La idea inicial que se sugirió fue apuntalar el carballo, dándole un punto de apoyo, una medida que los técnicos con más experiencia consideran que "nunca se ha de hacer" sino que se debe optar "por cablear desde arriba".

Los profesionales en conservación y gestión forestal consultados por el diario decano prefirieron no dar sus nombres ante lo que consideran "meramente un conflicto político, hay que dejar claro que no faltan estrategias para conservar el carballo, sino interés real en hacerlo".