Los gestores de los concesionarios pontevedreses apoyan la necesidad de incentivar la venta de vehículos impulsados por energías alternativas al diesel y la gasolina; pero apuntan a las carencias que todavía tiene este mercado. Según ha podido saber este periódico, la venta a particulares tendrá que reflotarse sin las ayudas gubernamentales para la compra de vehículos tal y como las hemos conocido hasta ahora, el llamado plan PIVE.

El ministerio de Economía ha confirmado que descarta totalmente para 2017 un plan como los de años anteriores, es decir, aplicable a todo tipo de vehículos. En su lugar, lanzó a principios de año el plan MOVEA que, según informó la Secretaría General de Industria y PYME, reforzará con un MOVEA PLUS; pero estos solo se podrán solicitar para adquirir coches de energías alternativas.

"Que las ayudas vayan a los coches más eficientes tiene sentido. No solo para el sector sino para la sociedad", explica Enrique Figueroa de Mourente Motor. Lo que ocurre es que estos representan todavía una parte muy pequeña del mercado y no existe un soporte suficiente para impulsar su puesta en circulación. "Son un futuro muy cercano", pero las marcas tendrán que fabricar eléctricos con más autonomía y el gobierno obligar a instalar en las gasolineras puntos para que recarguen sus baterías, comentan desde el concesionario Audi y Volkswagen, Vepersa.

"El MOVEA va a dinamizar el mercado de coches de este tipo, pero no el mercado en general", aclara el gerente de Ibericar. "Es necesario un plan PIVE por economía, por emisiones, por ahorro de combustibles y por dinamizar el sector", remacha

Los empresarios del motor remarcan que esto no es incompatible con estimular la venta de los coches híbridos, eléctricos o a gas licuado de petróleo. Proponen, más bien, una suerte de etapa de transición. Lo urgente, apuntan en Vepersa, es retirar cuanto antes de las carreteras los coches con más de 12 años de antigüedad. "Un diesel de entonces contamina 20 veces más que cualquier modelo actual". El último PIVE, que finalizó el año pasado, exigía a los compradores que entregaran un coche que llevara, al menos, un año a su nombre, "lo que permitió retirar de la circulación los vehículos más antiguos", sostiene José Luis de Ibericar.