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José Luis Fernández Sieira: "Tras 39 años de semblanzas concluyo que la vida está llena de buena gente"

"La buena vida mata: cocido de Lalín, queso de Arzúa, marisco de O Grove..."

José Luis Fernández Sieira. // Rafa Vázquez

A la salud de Fernández Sieira, y "porque nos dure muchos años" brindaron ayer los integrantes de Amigos de Pontevedra para festejar que en los últimos 39 años han contado con este autor para firmar las semblanzas de los particulares y colectivos que cada año son homenajeados.

- ¿Qué balance hace de estos 39 años de semblanzas?

-Muy amplio, muy emotivo y entrañable, una etapa muy bonita de mi vida de la que me siento muy honrado y que como todo en esta vida tiene un principio y tiene un final, que fue mi mal estado de salud, que no me permitía tener la seguridad de poder hacer las semblanzas este año. En ese momento estaba en manos de los médicos y estaba preocupado, porque hay un dicho en el hospital donde trabaja mi hija que dice: si te ve un médico te cura, si te ven dos te marean y se te ven tres te matan (risas). Y a mí me estaban viendo tres, con lo cual recé bastante.

- Tras repasar las biografías de decenas de pontevedreses en estas cuatro décadas ¿qué conclusión saca?

-Tras 39 años de semblanzas concluyo que la vida está llena de buena gente, a veces vemos noticias espantosas, horribles, de niños abusados, hijos que agreden a los padres, cosas atroces y te acongojan, te preguntas cómo es posible llegar a estos extremos, pero al otro lado de la balanza ves que hay gente muy buena, gente sana, gente honesta y trabajadora; la vida está llena de esa gente que piensas: vale la pena vivir en este mundo contigo, vale la pena.

- Ha reivindicado en su intervención el hedonismo, la buena vida

-Si, la buena vida, la buena vida es la que te mata, no la mala (risas) la buena vida es la que te va minando la salud: los cocidos de Lalín, el queso de Arzúa, el marisco de O Grove, el punto de la Illa de Arousa, todas estas cosas te van minando (sonríe) y ya mis riñones dijeron basta, ya está bien de papadelas (risas).

- Desde entidades como la Sociedad Filarmónica o colectivos como Amigos de Pontevedra ha sido un observador privilegiado de la ciudad ¿qué le parece su evolución?

-Positiva, Pontevedra ha mejorado mucho en los últimos años, no lo decimos solo nosotros los pontevedreses sino toda la gente que viene a visitarnos, todos quedan maravillados de lo bien que se vive en esta ciudad, de lo bien que se funciona y se circula; los conductores ya no lo piensan con tanta euforia, pero los peatones si que piensan que Pontevedra es una ciudad para vivir, para pasear, para comunicarse, es una ciudad bonita, entrañable. La pena es que no tenga más industrias para acabar con la plaga del paro, porque es muy bonito ver las terrazas llenas de gente consumiendo pero hay gente que no puede hacerlo, y es una tristeza.

- Al ceder el testigo a Xabier Fortes ha destacado la importancia del humor?

-Es que creo que si las semblanzas no las adornas con algo de humor y provocas unas sonrisa no llegan adentro, yo procuré siempre poner una pincelada humorística en cada semblanza y me consolaba mucho ver como la gente se reía a carcajadas.

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