El día del Apóstol Santiago no es elegido por la mayoría de los peregrinos que ayer se acercaban al albergue de Pontevedra para finalizar su camino y disfrutar del día grande de Compostela. La cantidad de gente que se concentra en la capital gallega durante la noche del 24 de julio y en la jornada de ayer es uno de los motivos por los que muchos peregrinos deciden llegar allí días más tarde, cuando vuelve un poco más la calma a la ciudad. "Preferimos llegar el viernes y estar descansados que apurar y llegar hoy, estar en Santiago con tanta gente debe ser agobiante" aclara un grupo de peregrinos procedente de Madrid.

Italianos, polacos, franceses, y sobre todo españoles deciden realizar el Camino Portugués como un reto personal, placer, deporte o para demostrarse a sí mismos que pueden conseguir estar caminando durante días al calor, con heridas en los pies y con una mochila a la espalda, conociendo y disfrutando del paisaje que se encuentran a lo largo del recorrido. Otros apuestan por el atractivo espiritual y religioso de esta aventura.

El camino francés es el elegido por la gran parte de españoles que proceden del sur y que deciden realizar esta aventura y descansar un poco del calor de sus respectivas ciudades para disfrutar del clima y del paisaje del norte. El camino portugués también es elegido por muchos españoles y extranjeros, que consideran que los paisajes que se encuentran son únicos.

Los italianos son algunos de los extranjeros que más se atreven a vivir la experiencia de hacer el Camino de Santiago. Piero, peregrino procedente de Bolonia, explicaba ayer en Pontevedra que tomó la decisión de hacerlo al acabar su carrera universitaria junto a su novia Lilia. Ambos llegaron a Madrid hace nueve días y empezaron la ruta que pasa por la ciudad hace siete días. Su objetivo es llegar a Santiago y conocer la catedral y la ciudad, sin importarles no haber llegado para el 25 de julio, porque "consideramos que necesitamos descansar y que lo importante es llegar, sin importar el cuando".

El Camino es uno de los atractivos turísticos más fuertes de Galicia, contando cada año con miles de peregrinos que se disponen a superarse y a caminar durante días y días, conociendo a personas de todo el mundo, y alojándose en albergues como el de Pontevedra, dónde los acogen y les proporcionan todo aquello que necesitan para que puedan descansar después de llevar tantas horas caminando, para poder retomar la ruta.