-¿Cree que las personas del mundo de las artes deben aprovechar su posición para lanzar un mensaje con fondo socio-político?

-Creo que tenemos una obligación, ya que tenemos una plataforma para hacerlo, de decir lo que pensamos. Más todavía ahora, que vivimos en una sociedad políticamente muy correcta, no se puede hacer nada. Si Nabokov escribiese ahora Lolita, lo meterían en la cárcel. Hay una falta de compromiso en la generación más joven y echo de menos eso. Hae falta una revolución en muchas cosas.

-¿Qué escucha cuando va en el coche? ¿Pone la radio? ¿Qué piensa de la "música de masas"?

- No me llama, no la escucho. Me entero porque tengo una niña pequeña y es normal, viene con Shakira y La bicicleta. Me parece muy vulgar, machista. Creo que estamos volviendo atrás, no veo música madura en el pop. Estoy viendo a tíos de 50 años que son "adultecentes", quieren parecer lo que no son. No hay música pop adulta. Todo lo que veo es pasado reciclado, por eso? echo de menos eso, un poco de madurez.

-Hay una especie de gusto en destacar la leyenda negra. El lado oscuro del mundo del jazz. Su relación con las drogas, las muertes prematuras, Chet Baker, Charlie Parker? ¿Por qué?

-Pues solo hay que ver la historia. Era gente que vivía en un momento en que no tenían derecho a voto, a los que podían linchar su color de piel (no es el caso de Baker, blanco). Ahí tienes que evadirte de alguna manera y en esa época no se sabía el verdadero efecto de las drogas. Pero también hay mucho de encasillamiento y racismo latente. Hay muchos más ejemplos de eso en la música clásica y también otros de lo contrario en el jazz. Duke Ellington murió de viejo y jamás tomó drogas. Hay más ejemplos de músicos que no lo hicieron que de lo contrario.