Una estructura totalmente colapsada y todavía humeante era todo lo que quedaba ayer de la carpintería Amoedo y de la vivienda anexa que el sábado y durante toda la madrugada de ayer fue pasto de las llamas en el lugar de Calvelo, en Tenorio, Cotobade.

Ayer, los propietarios de este negocio familiar, sus familiares y algunos vecinos y amigos, trataban de retirar lo poco que se salvó de las llamas. "No queda nada, ardió todo"; explicaban los vecinos. Las tres instalaciones afectadas, el taller de carpintería, la vivienda anexa y un almacén, fueron pasto de las llamas y bajo los cascajos yacían fundidas y enterradas máquinas, compresores, numeroso material y el trabajo de toda una vida: "Me quedo con lo puesto, y ni siquiera, porque la chaqueta que llevo me la tuvo que dejar mi sobrina"; declaraba ayer a FARO la dueña (con su marido) del negocio.

Aclaró también que ella no se encontraba en el interior de la vivienda cuando comenzaron las llamas, como se publicó erróneamente ayer, sino que estaba con otra persona en el exterior de la finca cuando observó como de repente salía humo del interior del taller. "Me acerqué a mirar y ya ví que era en el cuadro de la luz y que el fuego iba corriendo por todas las acometidas de la corriente", explica. Intentó hacerle frente, pero al ver que no era capaz decidió, por lo menos, sacar alguna cosa que pudiera salvar como el coche y retirar varias bombonas de butano "tirándolas por la cuesta abajo" para intentar evitar que pudieran hacer aún más daño.

Alerta

"Avisé al 112, a mis hijos a mi marido, movilicé todo cuanto pude hasta que ya llamé incluso a la Guardia Civil en mi impotencia al ver que no daba llegado nadie". "Me dijeron que tardaban unos 20 minutos los bomberos y ya les dije que como tardaran más era mejor que no viniesen, porque iba a arder todo e iban a venir solo para mirar". Esta mujer mostraba una enorme indignación cuando recuerda que los primeros en aparecer por el lugar fueron los efectivos antiincendios de Medio Rural de la Xunta, pero que sus mandos se negaron a actuar bajo la excusa de que no estaban preparados para acometer este tipo de fuego de carácter industrial: "Cuando ellos llegaron solo ardía dentro de la carpintería, ni había fuego en el almacén, ni en la vivienda", asegura.

Mientras señala a unos elementos de metal que ayer formaban parte de una puerta de madera del taller cuenta que "cuando ellos estaban aquí esta puerta de madera aún existía, ahora quedan solo las correderas". Insiste en que si en aquel momento los efectivos de Medio Rural "echan el agua que traían me salvaban casi todo, me salvan las máquinas, la vivienda, el almacén, porque cuando llegaron ellos todo eso aún estaba bien", relata visiblemente indignada.