Devoción, gastronomía, encuentro familiar y música. Han vuelto a ser los cuatro pilares de la fiesta de San Benito, que convoca en la jornada de este martes a cientos de romeros en el monasterio de Lérez y en la playa fluvial.

Ésta fue escenario a mediodía de la multitudinaria degustación de mejillones y empanadas, en la que participaron miles de personas.

A mayores, el monasterio volvió a ser el destino de cientos de romeros procedentes de distintos puntos de Galicia y del norte de Portugal, que renovaron los rituales asociados al santo, a la cabeza hacerse con el aceite milagroso que según la tradición es un remedio infalible para las dolencias de la piel.

Un año más, unos acudieron con envases en los que transportar el unguento y otros se lo aplicaron con un algodón momentos después de recogerlo

Desde primera hoy la iglesia del Divino Salvador permaneció abarrotada y numerosos fieles tuvieron que seguir el oficio religioso solmene desde la puerta, ya que no había espacio en el interior.