David Oubel, el parricida de Moraña es desde el 6 de julio de 2017 el primer condenado en España a prisión permanente revisable. El autor confeso del asesinato de sus dos hijas, Amaya y Candela, en su casa el 31 de junio de 2015, conocía ayer el veredicto del jurado así como la sentencia de la magistrada Nélidad Cid, que ha dirigido un juicio que arrancaba el martes y se prolongaba dos días en la Audiencia Provincial de Pontevedra.

El 'monstruo' de Moraña, acusado de matar a sus dos hijas hace dos años, se sentaba hace dos días en el banquillo para responder por este crimen. Impasible ante el tribunal y rodeado de una gran expectación mediática que obligó al Tribunal Superior de Xustiza de Galicia a adoptar medidas especiales de acceso al Palacio de Justicia, Oubel llegaba a los juzgados pontevedreses desde centro penitenciario de Mansilla de la Mulas, en León, dónde permanecía ingresado hasta entonces.

Estos son los siete momentos clave de un juicio que ha dictado una sentencia histórica por un crimen que conmocionó a Galicia:

  1. La confesión de David Oubel"Reconozco los hechos. Reconozco los hechos de la acusación fiscal". Después de dos años de instrucción en los que se mantuvo en silencio, el parricida de Moraña, David Oubel Renedo, reconocía los hechos el primer día del juicio ante un jurado popular en la Audiencia que él mató a sus dos hijas de 4 y 9 años, Amaya y Candela, el pasado 31 de julio de 2015.Su confesión fue parca en detalles, puesto que cuando el fiscal comenzó a formularle otras preguntas sobre los hechos, como por ejemplo si suministró fármacos a sus hijas para adormecerlas antes de matarlas utilizando una radial
  2. El horror en la casa de MorañaDavid Oubel suministró un cóctel de medicamentos diluidos en cacao para adormecer a sus dos hijas antes de matar cortándoles el cuello con una radial a ambas, para rematarlas después usando un arma blancaLa reconstrucción de los hechos realizada por los forenses apunta a que el monstruo de Moraña acabó en primer lugar con la vida de su hija más pequeña. La mayor de las dos niñas, en cambio, intentó escapar y sufrió "múltiples acometidas" de su agresor. Los forenses aclararon que presentaba hasta diez heridas diferentes.Además de adormecerlas con este cóctel de medicamentos diluidos en cacao, el acusado utilizó cinta americana para maniatar al menos a la mayor. El dependiente de la ferretería en la que Oubel adquirió días antes la radial declaró que el condenado acudió a su tienda interesándose además porque fuese una herramienta de alta gama y con una gran capacidad de corte.
  3. La carta del parricida de MorañaMientras el horror se desataba en la casa de San Martiño da Laxe, en Moraña, a unos 20 kilómetros de distancia una prima de David Oubel recibía una carta certificada del padre de las niñas, una misiva con un "contenido oscuro", y en la que, según la mujer que la recibió y que declaró como testigo "la sobresaltó". En ella intuía la intención de Oubel de suicidarse. El sobre que traía la carta incluía en su interior las llaves del coche de Oubel que este decidía "legar" en herencia al hijo de esta mujer, de quien era padrino. "Ponía cosas que no eran normales, que estaba harto de esta vida". "La primera parte ya está hecha", decía en la carta de forma enigmática para ellos entonces.
  4. Los peritos definen al 'monstruo' de MorañaFrío, distante, narcisista, de personalidad psicopática y sin indicios de trastorno mental cuando asesinó a sus hijas. "El doble crimen no fue realizado de forma impulsiva, fue pensado y premeditado". Es la conclusión del informe psicológico de David Oubel y también la de Valentín Vallejo, abogado de la acusación particular. "Lo realizó de esa manera tan racional, calculada y premeditada".Los peritos confirmaron que en sus análisis no hallaron ningún tipo de patología o trastorno psiquiátrico en el acusado que pudiera afectar a su estado mental en el momento de los hechos. Insistieron en destacar los rasgos de personalidad "narcisistas" y "psicopáticos" del procesado pero sin llegar en ningún caso a suponer un trastorno que le afectase en el desarrollo de su vida de forma normal.
  5. Deliberación récord del juradoNo se recuerda en la Audiencia de Pontevedra un jurado que alcanzase un veredicto de forma tan rápida. Apenas dos horas tardaron los miembros del jurado en adoptar una resolución aunque es cierto que el objeto de veredicto lo conformaron solo cinco preguntas.El jurado popular también se posicionó expresamente en su veredicto en contra de que se puede otorgar un posible indulto al acusado. Todas las decisiones del tribunal popular, compuesto por siete hombres y dos mujeres, se adoptaron por unanimidad.
  6. Primera prisión permanente revisable en EspañaLa sentencia del parricida de Moraña, David Oubel Renedo, se ha convertido en la primera condena en España a prisión permanente revisable. Aunque el Código Penal español ha optado por esta fórmula al no tratarse de una cadena perpetua equiparable a la de otros países, como Estados Unidos, en el caso del mounstro de Moraña supone en la práctica una estancia en la cárcel de por vida.Aunque fiscales de diversos puntos de España ya la habían solicitado en anteriores ocasiones, hasta ahora estos juicios o no se han celebrado todavía o las peticiones del Ministerio Público no habían sido acogidas por los tribunales a la hora de dictar sentencia.
  7. La emoción de la acusaciónLas cuatro paredes de la sala noble de la Audiencia Provincial de Pontevedra, que habitualmente acoge la celebración de los juicios con jurado popular, han escuchado a lo largo de los años relatos de crímenes terribles. No obstante, la especial dureza de este último juicio por la muerte de las dos pequeñas Amaya y Candela en Moraña a manos de su padre provocó que en determinados momentos incluso se rompiera la coraza que parece blindar a todos los juristas en el ejercicio de su función.Fue el caso del fiscal Alejandro Pazos. Tras escuchar la lectura del veredicto de culpabilidad del jurado, al fiscal se le rompió esa coraza mientras ratificaba su petición de prisión permanente revisable para el asesino David Oubel y tuvo que detener su alocución al no poder contener las lágrimas. La emoción también embargó al final del juicio al abogado de la acusación particular, Valentín Vallejo, que representa a la madre de las dos niñas asesinadas.