Un año más, la playa fluvial del Lérez, queda excluida de los controles de Sanidade ya que acumula varios años con la catalogación de "insuficiente". Pese a ello, la afluencia de bañistas es intensa, como se pudo comprobar en la tarde de ayer, con temperaturas muy elevadas. El arenal, que será renovado por completo el próximo año, cuenta desde hace diez días con socorristas, pero todavía no funciona el quiosco, ya que su concesión se encuentra pendiente de que se resuelva el concurso convocado al efecto por el Concello, junto con el de la plaza de Barcelos.

Los usuarios se quejan no solo de la falta de este servicio, sino también de la presencia de perros en el arenal. Al margen de estos problemas, la playa fluvial del Lérez, la única urbana y con socorristas, se ha consolidado en sus nueve años de funcionamiento como la mejor manera de aliviar el calor en verano.

La playa será renovada en 2018 con un presupuesto de 230.000 euros para recuperar las condiciones que mostraba en su estreno, en 2009 con un exhaustivo plan de actuación que incluye la renovación de la práctica totalidad de la arena y la mejora de los accesos y la zona de duchas, entre otras obras.

La principal actuación es la sustitución de la malla geotextil situada bajo la playa, a unos 70 centímetros de profundidad, que evita que los lodos del río se mezclen con la arena, si bien su función ya ha perdido eficacia y asoma en varios puntos.

Se colocará una nueva, "más moderna y eficaz", lo que obliga a retirar la totalidad de la arena actual. Para ello habrá que instalar barreras anticontaminantes en el río, habilitar accesos para camiones y maquinaria.