La tradición de los "furanchos" ya es bien conocida por muchos de los turistas que visitan las Rías Baixas, que, entre otras cuestiones, eligen este destino por su gastronomía. Cada vez son más los que frecuentan estos lugares, tal y como explica Loureiro Miniño, presidente de la Asociación de Furanchos de Sanxenxo y Meaño y vocal de la federación provincial de este tipo de negocios.

El suyo lleva 21 años en funcionamiento y fue el primero en abrir al público en Sanxenxo.

"Cada vez vienen más turistas. Hace unos días estuvieron unas chicas de Canarias, otros de Barcelona, de Madrid...", asegura. "Quieren saber cómo es un furancho porque muchos de ellos se enteran de su existencia a través de internet. Antes funcionaba, sobre todo, el boca a boca, pero ahora ya hay páginas web en las que se localizan los loureiros y en las redes sociales la gente opina sobre los que visitan", manifiesta.

La finalidad original de los "furanchos" es dar salida a los excedentes de vino de producción propia sin fines lucrativos.