Mientras el futuro de la planta de Elnosa en Lourizán se juega en los despachos, la plantilla de la clorera sigue con su particular lucha para intentar que se mantenga la actividad en su actual ubicación y se conserven los puestos de trabajo. Habituados a verlos en movilizaciones y protestas, ayer optaron por dar un pequeño giro y mostrar también la cara más amable del conflicto en el que están inmersos y que despertó también el lado más solidario de estos empleados. Fue en una asamblea hace ya tres años cuando los trabajadores decidieron realizar una aportación voluntaria de carácter mensual al comedor social de San Francisco en Pontevedra. Desde entonces, todos los meses realizan esta donación en efectivo con el compromiso, además, de que la empresa iguala la aportación realizada por los operarios. Estas cantidades son entregadas cada mes en el comedor y suman una media anual de 7.000 euros que son una gran ayuda para mantenerlo en funcionamiento, tal y como reconoció su responsable, el padre franciscano Gonzalo Diéguez. Ayer quisieron visibilizar esta faceta del comité de Elnosa realizando una aportación de alimentos que ellos mismos recogieron y expresaron su deseo de poder seguir realizando aportaciones: "Hoy por hoy podemos ayudar y para el año intentaremos seguir haciéndolo pero no sabemos si podremos", explicó el presidente del comité, Avelino García, en referencia a la posible paralización de la actividad más allá del 11 de diciembre de este año.

"Muchas veces la gente nos ve con nuestras protestas, molestamos, hacemos movilizaciones, pero también llevamos a cabo otras cosas como esta y queremos que se vean", añadió.