Con el fin de expresarse a través del arte, una veintena de creadores se dieron cita el pasado fin de semana en Pontevedra con motivo de la celebración de la V edición de la propuesta "Fluíndo no Lérez", coordinada por Carmen Hermo, Antón Sobral y Christian Villamide.

Carmen Hermo hacía ayer un balance muy positivo de esta nueva entrega, que ha vuelto a tener como escenario la Illa das Esculturas y la orilla del río Lérez. "Han experimentado como un desenfreno creativo propiciado por el trabajo colaborativo, las charlas... hablar entre nosotros va descubriendo cuestiones que a lo mejor uno no hubiera llegado a descubrir. De hecho ha habido más de una obra por artista. Ha habido alguno que ha hecho cuatro", explicó.

Las obras se concentraron en una de las zonas más transitadas de la Illa das Esculturas, tanto para facilitar la visita por parte del público como para realizar su documentación posterior en registro audiovisual.

"Este entorno es perfecto para la creación. Hay agua, árboles, tierra, fango... Tenemos de todo", señaló la coordinadora.

Las obras fueron presentadas al público en general ayer a mediodía. "Llegar a entender lo que un artista quiere expresar es complicado en arte contemporáneo, porque habría que hacer un trasplante de cerebro al espectador. Pero el título y la imagen final nos dan una pista muy clara sobre lo que el artista querría comentar. Como tónica general, ha habido una actitud de denuncia respecto a lo artificial y su arrase sobre lo natural. Sobre cómo queremos preservar la naturaleza y el artificio, lo industrial, se come ese aspecto natural y muchas veces sustituye la parte natural como procesada", consideró Carmen Hermo.

"Muchos artistas hemos coincidido en este tipo de mensajes, expresados de formas muy diferentes, pero se ve que la inquietud es común", añadió.

Entre los participantes de esta quinta edición de "Fluíndo no Lérez" hay artistas de las cuatro provincias gallegas así como de otros puntos de España. Es el caso de la asturiana Cristina Ferrández, que en 2013 fue la invitada para dar la conferencia de la cita cultural. Este año creó la obra "Corona votiva", realizada con ramas secas recogidas en la propia Illa das Esculturas.

Con esta creación quiso expresar su crítica a la intervención humana en espacios naturales. La realizó en la malla que separa el recinto natural de una de las instalaciones deportivas. "Me atrajo esta zona por agresiva", explica.

"Es una reflexión en un espacio natural sobre las intervenciones humanas. En este punto se han podado los árboles autóctonos, de bosque de ribera, pero se ha quedado todo este muro de plástico", se lamenta.

Su obra, al igual que las del resto de los participantes, se quedará en su lugar de creación para que se autodestruya con el tiempo.

De igual forma, "Tejiendo un recinto", del arquitecto pontevedrés Mauro Lomba y su hijo Pablo, de 16 años, sobrevivirá el tiempo que se lo permitan sus usuarios. Se trata de una red tejida a modo de recinto alrededor de los árboles más próximos a la orilla del río. "De este modo se demuestra que simplemente con la utilización de un cordel cambia la percepción del espacio", indica Lomba.

Con esta obra, ha pretendido imitar el trabajo de los animales, de bioconstrucción, de ahí que se haya incluido una "puerta" de tela de araña, con araña incluida.

"Soy un defensor de la naturaleza. La mayoría de mis proyectos se inspiran en la naturaleza. Los animales tienen mucho que decirnos", reconoce el arquitecto.

"La obra se quedará aquí hasta que desaparezca", asegura.

Un robo, la anécdota

Quien no ha tenido tanta suerte en este sentido ha sido la canguesa María X. Fernández, creadora de "Desmemoria", una expresión de denuncia sobre la memoria histórica. La totalidad de las piezas de su obra fueron robadas a las pocas horas de su exposición pública. Se trata de huesos y calaveras realizados por ella misma con cal y madera que simbolizan a las víctimas de la guerra civil que todavía yacen en fosas comunes y que no han podido ser enterradas por sus familiares.

Carmen Hermo reivindica la importancia de celebrar eventos como "Fluindo no Lérez". "El impacto de un día o dos no es muy grande, pero su publicación audiovisual, en medios y redes sociales despierta mucho interés. Es muy gratificante", celebra.