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Menos de 130 hectáreas en el municipio gozan de alguna protección como espacios naturales

Tan solo la Xunqueira de Alba, parte del río Lérez y, tangencialmente la Ensenada de San Simón, forman parte de un listado de 98 áreas en Galicia que suman 392.000 hectáreas

Uno de los paseos de acceso a las marismas de Alba. // G. Santos

Las 67 hectáreas de la Xunqueira de Alba, situada en el último escalón de los espacios naturales gallegos, constituyen el territorio pontevedrés de mayor tamaño, y prácticamente el único, que cuenta con algún tipo de protección, en este caso local, por sus valores paisajísticos, naturales o ecológicos. Un tramo del río Lérez, que se podría ajustar a un máximo de cincuenta hectáreas, calificado de Lugar de Importancia Comunitaria y Zona de Especial Protección, y el espacio que corresponda a Pontevedra -limitado a la costa de Pontesampaio- de la Ensenada de San Simón, en la ría de Vigo, completan la escasa relación de puntos del municipio que integran el listado de territorio gallego protegido.

Estos espacios, que en conjunto no llegan siquiera a las 130 hectáreas (todo el municipio ronda las 12.000) quedan incluso más empequeñecidos si se comparan con todo el conjunto de parques y áreas de interés catalogadas en Galicia. Un reciente listado con motivo del Día del Medio Ambiente (que se celebró el pasado día 5) detalla que son 98 las zonas naturales con algún tipo de defensa oficial, y suman casi 392.000 hectáreas.

Pontevedra alberga un ínfimo porcentaje, pero el resto de la comarca tampoco sale muy bien parada. Sanxenxo, como parte del Complejo Intermareal Umia-O Grove, puede presumir de contar con terrenos de este tipo, en el entorno de A Lanzada y A Revolta, en Noalla. Este municipio también aparece en el Complexo Ons.

La protección del río Lérez es compartida por Pontevedra con Campo Lameiro y Cotobade (para sumar 149 hectáreas), mientas que el litoral de la Ensenada de San Simón incluye a Redondela, Soutomaior, Vilaboa y Moaña, con una superficie de 7.608 hectáreas, aunque básicamente dentro de la propia ría, sin incidir en tierra. Por su parte, Cerdedo-Cotobade y A Lama, junto con Forcarei y Beariz, comparten la Serra do Cando, con 5.458 hectáreas.

Así se completa una escasa relación de espacios naturales protegidos en los que aspira a entrar algún día el río de Os Gafos, si bien apenas serían 47 hectáreas más.

En Galicia existe un parque nacional, el de las Illas Atlánticas, a las puertas de la ría de Pontevedra, pero sin incluir a la comarca. Llama la atención, además, que la relación no contemple a la ría de Pontevedra, pese a su declaración de zona sensible.

Seis parques naturales, como las Fragas del Eume, siete monumentos naturales (entre ellos la playa de As Catedrais), cinco humedales protegidos -el más próximo, el de A Lanzada-, cinco espacios naturales de interés local (ENIL), entre ellos el de A Xunqueira de Alba y uno privado, y 72 Zonas de Especial Protección de los Valores Naturales (ZEPVN) como Cabo Udra, Ons o la Costa da Vela, completan las casi 400.000 hectáreas con alguna protección en Galicia.

La declaración de la Xunqueira de Alba como el primer ENIL del municipio, está a punto de cumplir cinco años. Llegó oficialmente, tras largos trámites, en septiembre de 2012. Estas 67 hectáreas constituyen la principal zona húmeda de todo el municipio y en ella se han catalogado más de 160 especies vegetales diferentes, otras 130 de aves, 14 de libélulas y más de cuarenta de mariposas, entre otro tipo de fauna y flora, alguna de ella en riesgo de extinción.

La tramitación de esta ENIL fue iniciada por el Concello hace prácticamente una década y hasta octubre de 2009 no recibió una primera declaración provisional, tras la que fue necesario elaborar un plan específico de conservación, un documento que fue aprobado definitivamente por el Consello de la Xunta tres años después, en septiembre de 2012. Es el mismo trámite que se ha seguido para conseguir la declaración similar para el río de Os Gafos, si bien este expediente permanece atascado en la Consellería de Medio Ambiente, por la falta de saneamiento.

En todo caso, parte de la Xunqueira de Alba también se encuentra degradada y ocupada por concesiones de terrenos de dominio público marítimo-terrestre, sobre las que existe la esperanza de que puedan abandonar este espacio a corto-medio plazo. Esa circunstancia no frenó su declaración como ENIL.

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