El número de familias con las que la Fundación Amigos de Galicia trabaja se ha incrementado en los dos últimos años un 35 por ciento. Se trata de personas en riesgo de exclusión social que atraviesan situaciones complicadas económicamente y a las que el colectivo ayuda en su integración.
En lo que va de año, la Fundación Amigos de Galicia ha trabajado ya con 297 familias que necesitan algún tipo de ayuda. Esta cifra supone un importante incremento respecto al año pasado, cuando fueron 273, y a 2015, cuando habían sido 220.
Los técnicos de la organización sin ánimo de lucro, que trabaja desde la Casa da Luz del Concello de Pontevedra, se muestran preocupados por el incremento de familias atendidas, "que continúa en ascenso". En este sentido, destacan que muchas de ellas repiten en la demanda de ayuda, pero también que hay muchas otras "que nunca habían sido demandantes con anterioridad".
La línea de trabajo de la fundación en este sentido se centra en la inclusión social y laboral, esta última a través de una bolsa de empleo "para aumentar las ofertas y la profesionalidad". Actualmente, cuenta con una base de datos de 1.200 personas.
"Se trabaja con todas las personas adultas en disposición de trabajar en el desarrollo de itinerarios que promuevan su inserción laboral. En lo que va de año, en la ciudad de Pontevedra se han insertado laboralmente tres personas y una ha conseguido una mejora de la formación", asegura Noelia Romero, trabajadora social del colectivo social.
Por otro lado, en lo relativo a la inclusión social, Amigos de Galicia organiza actividades dirigidas a las familias con niños, como las de fomento de la lectura, "para evitar la continuidad del famoso círculo de la exclusión social".
En lo que va de año, la asociación ha trabajado con una media mensual de 241 niños. El mes en el que se registró un mayor número fue abril, con 320 menores.
Según la memoria anual de la fundación, el año pasado realizó más de 6.200 acciones. La mayoría fueron destinadas a adultos, 3.784, y el resto a menores de edad, 2.457. La cifra de usuarios que en 2015 pasaron por las manos del colectivo osciló entre las 430 registradas en el mes de enero y las 625 del de diciembre.
Este informe contabiliza en casi 340.000 euros el valor económico de las aportaciones realizadas al Concello de Pontevedra. La mayoría fueron para alimentos, con más de 300.000 euros. Muy de lejos se encuentran las aportaciones para ropa y calzado, de unos 9.200 euros. El convenio especial de verano, de atención a usuarios por el cierre de los comedores escolares, supuso 7.855 euros. Otro apartado importante lo representaron los muebles, con más de 3.000 euros, y los juguetes, con cerca de 2.800. El resto de aportaciones se reparten entre electrodomésticos, gafas y material escolar, entre otros.
El valor económico de esas aportaciones supuso un incremento de un 85 por ciento respecto al año anterior, cuando había sido de 183.533 euros.
La fundación también trabajó el año pasado con otros concellos de la comarca, como A Lama, Caldas, Cotobade, Cuntis, Marín, Moraña, Portas y Vilaboa.
