Un barranco del Río Verdugo en Ponte Caldelas fue el lugar elegido por la Guardia Civil para que su Servicio de Montaña desarrollase la segunda fase del Plan de Instrucción Estival, que tiene por objeto actualizar y perfeccionar los supuestos de rescate de personas accidentadas.

"Este barranco, de unos 150 metros de desnivel, se adecúa mucho a lo que necesitamos. No es muy vertical y tiene mucho caudal y muchas ballenas de agua. La camilla va en todo momento por el agua", explicó el Pablo Villabrille, teniente-jefe del Área de Montaña de Cangas de Onís.

En la práctica de Ponte Caldelas, el GREIM probó una nueva camilla de evacuación de heridos que es "revolucionaria". "Es hermética, estanca y flota, lo que hace que la evacuación sea mucho más rápida y se mejoren las condiciones del herido", expresó el cabo Fernando Posada, cabo-jefe responsable del equipo de la Guardia Civil de montaña (EREIM) de Galicia.

En el ejercicio participaron un total de 25 efectivos de los Grupos de Rescate de Cangas de Onís, Mieres, Potes, Sabero y Pobra de Trives, el único gallego. Este consistió en la simulación de un rescate a una persona con una fractura en la pierna. La novedosa camilla permitía no tener que instalar tirolinas y demás desvíos para que el herido no fuese transportado cerca del agua y evitar ahogamientos e hiportemias, ya que el cierre hermético acaba con estos riesgos.

Villalibre explicó que en Cangas de Onís, la coordinadora de la Cordillera Cantábrica, rondan los 30 servicios anuales por unidad entre rescates de barranquistas, espeleólogos, montaña invernal y estival y policía judicial.