El ansiado skate-park que los aficionados reclaman desde hace una década en la ciudad vuelve a quedarse en el cajón. Pese a que hace menos de un año, en agosto de 2012, se anunciaba su instalación en la pasarela sobre las vías del tren de la calle Doce de Novembro, ahora esa ubicación no vale. Así lo admitió ayer el concejal Demetrio Gómez, a raíz de una propuesta del PP para que reactivar ese proyecto.

"Problemas estructurales y de afección del ámbito" son las razones que ahora esgrime el gobierno local para "tumbar" una idea del anterior concejal de Obras Luís Bará y votar ayer en contra de la propuesta del PP.

Además, al margen de que el skate-park no logra salir del cajón, tampoco hay previsión de mejora alguna de esos 5.000 metros cuadrados de superficie sobre el tren, una explanada de hormigón donde ya abunda la maleza y en la que ni siquiera se ejecuta una acera para facilitar el paso peatonal pese a que el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) cedió su uso al Concello en marzo de 2016.

La pasarela de Doce de Novembro ya es, al menos, la tercera ubicación que se descarta, tras los intentos fallidos en Mollabao, bajo el puente de la AP-9, y junto al puente das Correntes. Demetrio Gómez aseguró ayer que "se negocia" con otra administración para hallar otro emplazamiento, pero evitó dar detalles al respecto

Pontevedra carece de unas instalaciones adecuadas para la práctica de estas actividades netamente urbanas. La plaza de José Martí fue un escenario improvisado de las evoluciones de los monopatines durante años, entre las quejas de los vecinos, así como Curros Enríquez, mientras los aficionados se movilizaron en varias ocasiones en demanda de un lugar en el que practicar sin molestar a nadie. Las protestas son una reacción al retraso que acumulan los sucesivos proyectos municipales para crear un parque específico de patinaje.

Muchos de estos aficionados se ven obligados a "peregrinar" a otras localidades, como Marín, para disfrutar de su deporte favorito y algunos incluso han habilitado naves, algunas de ellas abandonadas, para montar improvisadas pistas.