Fran Bacelar terminó a finales de 2014 sus estudios en la Escuela de Ingenería Forestal de Pontevedra. Desde entonces ha trabajado en el sector pero nunca en su categoría. "Trabajé como peón, capataz... pero no como ingeniero", manifiesta. "Es muy difícil encontrar de lo mío y no hay estabilidad laboral, por eso me animé", reconoce.

Además, preparó la formación para "mestre composteiro" de la Diputación provincial. "Sigo apuntándome a ofertas de empleo y sigo buscando porque en verano siempre puede haber más posibilidades de lo mío, por la Diputación o por la Xunta", considera.

El pontevedrés se prepara para una de las ocho plazas de la Xunta a ingeniero técnico forestal, de acceso libre.

Es la primera vez que se presenta, por lo que todavía está aterrizando en el mundo de las oposiciones. "Lo bueno es que, en este caso, estudio lo que me gusta", señala.

La anterior convocatoria de la Xunta para estas plazas fue en 2008 y la administración autonómica no ha facilitado un temario actualizado al respecto, una de las quejas que, además de Fran Bacelar, manifiestan el resto de sus compañeros de aula en la Academia Postal.

"En ese sentido estás un poco perdido, porque no sabes ni cuándo va a ser el examen ni tampoco hay un temario concreto. Yo vengo porque adquirimos unos conocimientos", explica un joven cuya familia invierte en él para este fin unos 80 euros mensuales.

Mientras no se conoce la fecha del examen él seguirá buscando trabajo, especialmente a través de organismo públicos, "porque en la empresa privada, si no te conocen, es muy difícil encontrar".