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Carlos Sobera: "A mí me va muy bien un papel de las características de Walter Matthau: puñetero pero cómico"

El actor estará en Pontevedra el domingo con la comedia teatral "5 y acción", dirigida y escrita por el gallego Javier Veiga

Carlos Sobera, durante la representación de "5 y acción" en su estreno. // FdV

Carlos Sobera, Javier Veiga, Marta Hazas, Marta Belenguer y Ana Rayo protagonizan la comedia "5 y acción", que llega a Pontevedra este domingo, 7 de mayo, con el ciclo Summun 2017 del Pazo da Cultura. Las entradas para la obra se pueden comprar en Ataquilla.com desde 20 euros más gastos de gestión.

-"5 y acción" ha sido representada ya en siete ciudades distintas. ¿Qué balance hace de este recorrido?

-Extraordinario en todos los sentidos. Ha tenido muy buena acogida de público. En Madrid, donde estuvo casi cuatro meses, fue un auténtico pelotazo. En gira, hasta el momento, hemos llenado en todos los sitios a los que hemos ido. Nos hemos quedado sin butacas libres.

-Muy buena acogida por parte del público, entonces.

-La reacción ha sido muy buena. La gente salía diciendo que le había gustado mucho, que se lo había pasado muy bien y que la iba a recomendar. Es un balance muy positivo, el más positivo que se puede hacer.

-Una hora y media de función. ¿Estamos preparados para aguantar tanto en una butaca?

-Es más de hora y media. Es una hora y cuarenta y cinco minutos. Pero la función que ha escrito Veiga tiene una característica muy peculiar, a parte de que sea muy graciosa, muy cómica, porque tiene "gags" muy ocurrentes, y es que es muy rápida, trepidante. Yo diría que está contada más con una técnica cinematográfica que teatral, porque se llegan a plantear diecisiete escenas diferentes con sus correspondientes cambios de vestuario, por cierto, muy enriquecedor de la obra, porque hay todo un despliegue de medios en ese sentido. Es muy trepidante y el público no tiene tiempo de aburrirse, porque en cuanto se desconecta un segundo se pierden muchas cosas. La gente se lo pasa muy bien porque estamos continuamente sorprendiéndoles.

-El eslogan de promoción es "La película del año la vas a ver en el teatro". ¿Es esa la idea?

-Puede ser, porque Javier en la obra cuenta el rodaje de una película y sus miserias en el "backstage". Como se plantea una situación como la del cine, el planteamiento de escenas también es similar. Lo audiovisual tiene una gran importancia en la obra. Hay una gran pantalla en la que se proyectan las escenas de la película que teóricamente se está rodando, los casting... Es un montaje muy global que integra a ambos medios, el audiovisual y el teatral.

-Ha dicho en alguna ocasión que son personajes "hechos a medida". ¿Qué hay de Adolfo en Carlos Sobera?

-Son hechos a medida en el sentido de las posibilidades actorales de cada uno. A mí me va muy bien un papel de las características de Walter Matthau, un personaje arisco pero muy cómico, tremendamente puñetero y mezquino, pero muy cómico a la vez. A Javier Veiga le toca hacer el papel de bueno, de Jack Lemmon. Nos encontramos todos actoralmente muy cómodos en los papeles que estamos haciendo, y eso aviva la interpretación y hace que el espectáculo sea mucho más creíble. El público se identifique muy rápido con los personajes y enseguida coge interés. Afortunadamente para mí, del personaje de Adolfo no tengo nada, porque Adolfo es un hombre poderoso que utiliza su dinero para conseguir lo que quiere, no tiene escrúpulos y es bastante puñetero. Yo no soy así.

-¿Cómo es trabajar con Javier Veiga?

-Javier y yo éramos amigos, nos conocíamos antes de hacer esta función. De hecho, la escribe él a tenor de que su mujer, Marta Hazas, él y yo queremos trabajar juntos. Él se pone a escribirla y todos seguimos este proceso hasta que decimos "así está bien, vamos a hacerlo". Trabajar en escena con él es un lujo. Es un director perfecto porque sabe ayudar. Como compañero de trabajo es muy divertido. Nos los pasamos muy bien. Congeniamos muy bien. Hacemos un equipo de cinco actores que se ve que está disfrutando mucho sobre el escenario.

-Y todo surgió a raíz de su compra del teatro Reina Victoria...

-No exactamente. Yo llevo produciendo teatro diez años largos a través de Arequipa Producciones.

-Algo que la mayoría del público no sabe...

-Me imagino que mucha gente no lo sabrá. Pero yo he producido espectáculos como "Cantajuegos", "Los payasos de la tele", "La guerra de los Rose"... Son más de diez años. Cuando adquirimos el Reina Victoria, una de nuestras preocupaciones es conseguir montajes de calidad que enganchen al público y lo traigan al teatro. Una comedia siempre es un buen recurso cuando es buena. Todas las energías y sinergias, en este caso, confluían hacia lo mismo.

-¿En qué disfruta más Carlos Sobera: en el teatro o en la televisión?

-En el teatro disfruto como un enano. El contacto con el público me da la vida y me lo paso muy bien. Me encanta hacer reír a la gente o, si es el caso, hacerla llorar. Pero en la tele me lo paso también muy bien. La tele te da algo que ningún otro medio te puede dar: absoluta libertad. Es el reinado de la improvisación, del caos, y yo me muevo muy bien en el caos. Afortunadamente, ingenio no me falta, así que me lo paso muy bien. Me divierto sobre todo con la gente. El contacto real con la gente de la calle me gusta mucho. Me entiendo con ella porque tiendo a ser empático. Para mí, el medio televisivo es fundamental. Llevo más de veinte años en él y me muevo como pez en el agua.

-¿Ha sido difícil compatibilizar esta gira con el programa "First Dates"?

-La gira ha sido una liberación, porque yo voy a Pontevedra, por ejemplo, y hasta que hacemos la función tengo todo el día para mí, para leer, escuchar música... Pero en Madrid estás todos los días grabando desde la mañana hasta la tarde. Al salir tienes que cruzarte toda la M-30 con el estrés que eso supone, para llegar al teatro a hacer la función. Después llegas a tu casa muerto. Así un día tras otro.

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