Fue necesario invertir casi nueve horas de trabajo, desde las diez de la mañana hasta el filo de las siete de la tarde cuando el "Nuevo Marcos" estaba finalmente en dique seco sobre el muelle de Combarro, para recuperar el buque que protagonizó el trágico naufragio del pasado miércoles.
Una empresa portuguesa, Ardentia Marine, fue la contratada por la aseguradora del buque para llevar a cabo una compleja operación que requería trabajar de forma lenta pero segura. Y así lo hicieron los especialistas de esta firma que ya participaron en la recuperación de otros buques hundidos en peores condiciones que este, como fue el caso del "Santa Ana", con base en Muros. Un naufragio que se produjo en mayo de 2014 ante la costa asturiana y que dejó 8 fallecidos, tres de ellos gallegos.
Los trabajos se iniciaron con una inspección del pecio por parte de los buzos de esta firma, que se dirigió hasta el lugar del naufragio a bordo del barco-grúa "Lateromar", con base en Rianxo y alquilado para esta operación. Después de un primer análisis de la situación, se procedió a retirar el aparejo de la embarcación que se encontraba con la quilla hacia arriba y en cierto modo empujado hacia el lodo del fondo tras recibir el golpe del "Gamba Número 3". El siguiente paso consistió en enderezar el buque y fue en ese momento cuando saltó la balsa salvavidas y salieron a la superficie también algunas cajas y otros restos que había en el barco. Finalmente, los buzos colocaron las cinchas y la grúa del "Lateromar lo hizo y lo remolcó hacia el muelle de Combarro. Una vez allí, el "Nuevo Marcos" permaneció arrumbado entre el muelle y el buque remolcador mientras los buzos colocaban las pertinentes barreras de seguridad anticontaminantes para evitar cualquier vertido de gasoil.
Tras asegurar las cinchas y todos los anclajes, el barco se sumergió de nuevo y se enganchó a una grúa que ya desde tierra izó el buque hasta una explanada en el muelle. Una operación que, además, fue grabada y registrada con detalle por si es necesario para la investigación.
