Los montes de Cotobade, los más castigados de Pontevedra por los fuegos el pasado verano, han sido también las primeras "víctimas" de este año en la temporada de incendios en la comarca, que todavía no ha sido declarada oficialmente por la Xunta pero que ya cuenta con varios desde hace semanas en diferentes puntos de la comunidad autónoma.

Con una gran pena, "porque estas cosas no deberían pasar", hacían frente al fuego en la madrugada del viernes los habitantes de la parroquia cotobadense de Borela, en la que viven unos 128 vecinos comuneros, así como otros que utilizan sus casas como lugar de vacaciones o descanso.

Se trata de un incendio que fue declarado a principios de abril pero que ha registrado, según el alcalde de Cerdedo-Cotobade, Jorge Cubela, al menos dos focos más desde entonces. El más fuerte de ellos se inició a las 20.40 horas del jueves y quedaba controlado once horas después. Arrasaba 30 hectáreas y lograba meter en susto en el cuerpo a los vecinos debido a la proximidad de las casas.

"Yo estoy, particularmente, muy quemado, y nunca podría elegir mejor una expresión", aseguraba ayer, con el fuego ya controlado, el regidor, que confirmaba que no se trataba de un incendio provocado, "es lo que a mí me han trasladado" fuentes oficiales. "No podemos hablar de un incendio provocado, pero sí de un incendio, al fin y al cabo", informaba con impotencia.

Todo apunta a que el primer foco se debió a una quema realizada por un vecino que terminó volviéndose descontrolada.

El hecho de que no hubiese llovido en las últimas semanas y que soplase un fuerte viento el jueves contribuyeron a que una zona que había quedado caliente reavivase el fuego.

El incendio afectó a la proximidad del núcleo rural de Borela. "Se paró después de que avanzase monte arriba, pero llegó a los núcleos de cuatro parcelas con viviendas. Pero hay muchos más afectados, porque a pocos metros había muchas más casas", explicó Cubela.

"No lo voy a comparar con el de Vilanova del año pasado, pero la imagen de ayer fue bastante dura, la verdad", se lamentó.

Según la Consellería do Medio rural, el municipio de Cerdedo-Cotobade se encuentra en riesgo de incendio alto, muy alto y extremo, según la zona. Precisamente el jueves, cuando este fuego se volvía más virulento, el Concello emitía un bando en el que exigía la limpieza de fincas y propiedades para favorecer la prevención de fuegos forestales. En él, el gobierno local advertía de que se prevé un verano "complicado" por las condiciones climatológicas de sequía de los últimos meses.

"No nos va a temblar el pulso para proceder a la ejecución subsidiaria de estos trabajos de limpieza", advirtió Cubela instando a los propietarios a cumplir con la Lei do Solo de Galicia. "La responsabilidad de los propietarios es atender a sus propietarios para evitar situaciones coma esta, así que vamos a aplicar con contundencia la ley de prevención de incendios forestales", recalcó.

Jorge Cubela destacó el esfuerzo que realizan las comunidades de montes para mantener limpias sus parcelas. "En el mes de marzo les entregamos una guía con las obligaciones de mantenimiento de las tierras próximas a los núcleos de viviendas. Tengo que decir que muchas de ellas han empezado a hacer ese trabajo. Yo las felicito, porque además es algo que también me trasladan los vecinos", informó.

En este sentido, manifestó su esperanza de que a principios de julio todos los colectivos hayan asumido esta responsabilidad.

José Portela es el presidente de la Mancomunidade de Montes de Cotobade. Él fue uno de los vecinos que en la madrugada de ayer estuvo en la zona del fuego. "El de ayer fue el más virulento de todos los que se registraron desde el primer foco a principio s de mes", confirma.

"Estoy muy triste, porque estas cosas no debían pasar", confiesa.

"Somos 128 vecinos comuneros, a los que hay que sumar otros que vienen a pasar el fin de semana. No es una parroquia muy deshabitada, precisamente", indica.

En su opinión, la situación de los montes varía en función del acceso para su limpieza. "Hay algunos en los que no se pueden meter máquinas y hay que hacerla a mano. Nosotros pedimos quemas controladas en el invierno, pero no nos concedieron las que solicitamos, y es lo único que permite destruir la mayor parte de la maleza", asegura.

La Xunta de Galicia prohibió desde el pasado 10 de abril y hasta nuevo aviso las quemas de restos agrícolas y forestales debido a las condiciones meteorológicas, incluso las que ha habían sido concedidas.