Un problema de corazón le había apartado del mar. Parecía que sería de por vida, pero la necesidad de cotizar unos meses más para adquirir la totalidad de su pensión de jubilación le hizo regresar a un oficio que siempre había sido el suyo después de "haber vendido todo lo relacionado con la marinería".

Desde que era adolescente vivió enrolado a los barcos. Ejerció de marinero, pero también de contralmirante. "Hizo todas las funciones posibles", explicaba ayer uno de sus hijo, también llamado Jesús Ligero.

Este poiense de 56 años fue patrón mayor de la Cofradía de San Telmo en el año 2010, aunque su estancia en el puesto no fue prolongada.

Anteriormente, había viajado por todo el mundo gracias a su oficio de marinero. "Había estado en prácticamente todos los continentes", cuentan los que le conocen.

La desgracia hizo que ahora que supuestamente se desarrollaba un trabajo menos peligroso y más cerca de casa, la muerte se le cruzase. Y lo hiciese cuando apenas llevaba dos semanas siendo marinero del "Novo Marcos", un barco en el que compartía puesto con su hijo mayor, que trató de salvarle la vida mientras agarraba la suya a través de una batea.