Afortunado por ver volver a su hermano, pero apesadumbrado por el triste fallecimiento de su padre. Así se mostraba ayer al mediodía Jesús Ligero, de nombre homónimo a su progenitor fallecido en el naufragio.

El joven de 23 años relataba lo poco que le había podido contar su hermano, que horas antes había llegado a casa tras ser rescatado: "Yo creo que volvían hacia Portonovo, que es donde tenían la base, pero chocaron con la batea. Creyeron que el agujero del barco era menor y por eso fueron hacia Combarro, pensando que llegarían. Sin embargo, ya con la fuerza del barco al acelerar al poco se fueron para abajo".

Jesús explicó que en ese momento, los marineros salieron a la superficie: "Mi hermano se agarró a la batea que tenía cerca y desde allí trató de mantener a flote a mi padre, que creo que ya estaba inconsciente en ese momento. Al intentar agarrarlo, notó que se hundía. De haber seguido intentado salvar a mi padre, ambos hubiesen muerto. Luego mi hermano estuvo una hora y media esperando a que lo rescatasen hasta que aparecieron".

El hijo de uno de los tres fallecidos destacó que el barco solía hacer siempre ese trayecto: "Vendían el pescado en la lonja de Marín o en Portonovo, que era donde tenían la base marítima. La pasada madrugada pararon en el puerto marinense para descargar y después de tomar algo, imagino que querrían partir hacia casa. A lo mejor otros barcos no lo hicieron porque quizá sí que vieron que el mar no estaba muy agradable, pero es algo que no tengo claro. Mi hermano no me explicó el porqué".

Para el joven, eran momentos "muy duros no, lo siguiente". "Cuando ves en las noticias que pasan estas cosas siempre te acuerdas de la familia, de como lo estará pasando", relató.

VÍDEO | Jesús Ligero: "Era salvarse él o morir los dos". // Rafa Vázquez