"No hay todavía sequía hidrológica, puesto que el nivel de los embalses, aunque está once puntos por debajo de la media, podemos decir que garantiza el abastecimiento a las poblaciones que tomen aguas de ríos y embalses". Así lo aseguró ayer el presidente de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, Francisco Marín, en Pontevedra, en una rueda de prensa en la que estuvo acompañado por el delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, y la subdelegada en Pontevedra, Ana María Ortiz.

Marín reconoció que sí se está dando una sequía meteorológica debido a la ausencia de precipitaciones y que se trata de "una situación anómala". "Es un problema porque los cauces de los ríos son más bajos", recalcó.

Francisco Marín consideró que el dominio público hidráulico "es de todos" y que es responsabilidad de todos mantenerlo en el mejor estado posible.

"En el año hidrológico, hasta la fecha actual, la media en la demarcación es un 40 por ciento por debajo", explicó, para añadir que el año pasado los embalses en esta época del año se encontraban a un 85 por ciento de su capacidad, mientras que actualmente están al 66 por ciento. "No es bueno que un embalse esté al cien por cien", puntualizó.

En este sentido, subrayó que aunque no hay memoria histórica en meteorología, "tenemos que acostumbrarnos más a convivir con estos fenómenos extremos: períodos de lluvia cortos y con intensas precipitaciones y otros de seca largos en el tiempo".

El año hidrológico anterior al actual se registró hasta un 25 por ciento más de lluvia media en la demarcación, "en algunos sistemas incluso un 30 por ciento por encima". "Esas precipitaciones se concentraron en cinco meses. No llovió durante todo el año", indicó.

Precisamente, esta concentración intensa de lluvias son las causantes de daños. "Cuando las previsiones superan los 80 litros por metro cuadrado en 24 horas, nos ponemos en alerta", informó.

El año 2015 tuvo lugar una prealerta por sequía, según Marín. "Estamos en prealerta por sequía también desde finales de 2016", dijo.

Al respecto, recordó el año 2012 como uno de los más graves de los últimos tiempos. "El volumen de los embalses en aquel momento era del 40 por ciento. Había una situación peor que ahora desde el punto de vista de agua embalsada", explicó.

Los caudales ecológicos se regulan por tramos de río y por períodos trimestrales. "Si no hubiera alternativa de coger agua de una presa, un pantano, lo lógico es que se coja del río hasta el caudal ecológico, porque la población está primero", indicó Francisco Marín.

El Plan Especial de Sequía contempla varias situaciones: la prealerta, la sequía propiamente dicha y la de emergencia. "Ahora estamos en la de prealerta, por lo que el protocolo recoge campañas informativas a los ayuntamientos, usuarios...", aseguró. Es el caso de las poblaciones que realizan baldeos nocturnos, que deben ser reducidos. "A la población se le insta a que en sus gestos diarios tome medidas de ahorro. No es lo mismo ducharse que bañarse, cerrar el grifo cuando uno se asea...", apostilló.

Cuando la situación es de sequía, se crea una Oficina Técnica de Sequía y se toman medidas como rescindir concesiones de regadío en favor del abastecimiento. De persistir la situación de prealerta, se llegaría a este punto en Pontevedra.

En cuanto a la situación de emergencia, supone la puesta en marcha de inversiones para poner en valor reservas estratégicas, como las aguas subterráneas.

Arrastre de cenizas

Respecto a los incendios y sus efectos sobre los cauces de los ríos, con el arrastre de cenizas, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil mostró su esperanza de que no se produzcan de grandes dimensiones, ya que muchos de los cerca de 12.000 núcleos de población de la demarcación toman agua de manantiales y ríos y son los primeros en verse afectados. "Esos manantiales se van a terminar agotando en un período en el que más demanda hay: a finales de la primavera y durante el verano".