La sección cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra acogió ayer el juicio contra un vecino de Alcázar de San Juan, en Ciudad Real, L.T.M., denunciado por un joven de Cangas, J.R.E y su pareja, por un presunto delito de estafa y subsidiariamente de apropiación indebida, tras haberle encargado, en 2011, la construcción de una casa en el municipio cangués, por la que recibió tres plazos por adelantado de 37.407 euros, que nunca llegó a ejecutar. El juicio quedó visto para sentencia.

La acusación particular, representada por el letrado moañés Luis Pena, pidió la pena de cuatro años de prisión y ocho meses de multa y una indemnización al afectado de Cangas por importe de los 37.407 euros más los intereses. El fiscal mantuvo su petición de sobreseimiento por entender, que si bien hubo incumplimientos, la línea que separaba la estafa y dicho incumplimiento contractual era difusa, por lo que no acusó. La defensa pidió la libre absolución alegando que se trataba de un procedimiento civil y que el acusado había realizado una serie de actos tendentes a la realización de la obra, aunque en el juicio y según el letrado de la acusación, no se aportaron justificantes de compra de material ni haber contratado una empresa de transportes.

El acusado, que compareció finalmente en el juicio, y que carece de antecedentes penales, admitió que había contratado la construcción de la casa con la joven pareja de Cangas. Él lo hizo como apoderado de la empresa Frame System Build S.L. y reconoció que le habían pagado alrededor de 37.000 euros, pero indicó que también él había hecho parte de su trabajo y que debido a la crisis y a los problemas que habían surgido entre ellos, le fue imposible cumplir con el contrato.

La joven pareja de Cangas manifestó que habían llegado al acuerdo de construcción de la casa, que iba a ser su vivienda habitual, que habían todo lo que el acusado les había pedido, y que llegaron incluso a vender el piso en el que vivían para poder hacer frente a las entregas que les había solicitado. También manifestaron que la respuesta que se encontraron del acusado fue "ir dando largas", que les decía que les haría descuentos y que no era necesario que depositaran todo el dinero, aunque finalmente reconocieron que les manifestó que si no le pagaban, no le hacían la obra. Ellos aseguraron que por temor a perder todo lo que habían entregado decidieron hacer el último ingreso.En total fueron tres entregas de dinero el 4 de marzo de 2011, por importe de 6.000 euros; el 25 de mayo, de 16.000 y el 3 de agosto de 2012, de 15.407. El contrato establecía que la entrega de la obra se haría en un plazo de 120 días.

Coste de la obra

Testificaron que del coste de la obra, valorada en 80.000 euros, ingresaron al acusado casi 40.000 y que lo único que consiguieron fue un proyecto para la construcción de la obra que estaba valorado en 7.000 euros. Narraron cómo el vecino de Ciudad Real se iba ganando la confianza de ellos. En la vista de ayer compareció el arquitecto superior que confirmó que él había hecho su trabajo y que le habían pagado un poco más de 7.000 euros. Tras éste, compareció el arquitecto técnico que señaló que lo que había cobrado de honorarios, se lo había pagado la pareja, desmintiendo al acusado. En la vista también se mostraron varios correos electrónicos que confirmaban, según el letrado de la acusación, las manifestaciones de la pareja de Cangas.