Si el asunto de los horarios es la primera reivindicación de los hosteleros, el problema que genera la proliferación de gaviotas y palomas en torno a las mesas no le va a la zaga. "Nos sentimos abandonados por el Concello con este problema", espetaron los empresarios a la concejala, que ya adelantó que la ordenanza de veladores no regulará eso "porque no es posible regularlo", si bien trasladará el asunto al departamento municipal de Sanidad Animal.

"En otras ciudades, como A Coruña, lo han solucionado, no sé sin con halcones o con qué, pero aquí, al margen de la suciedad que provocan y el gasto en vajilla, es una fuente constante de quejas, sobre todo por parte de los turistas", señalan los afectados. "Es un problema cada vez más grave y si el Concello recauda un dinero con los veladores, también debe invertir en evitarlo", insisten.

Otro de los asuntos abordados ayer es el relativo al material de las mesas y sillas, especialmente en el casco viejo, donde se exige madera o hierro forjado. "En un material que se deteriora muy pronto y ahora hay alternativas que imitan ese aspecto pero son más ligeros, económicos, duraderos y cómodos", señalan.

Sin embargo, un cambio al respecto implica modificar el plan urbanístico del casco viejo (Peprica, que establece esos materiales), lo que haría más complejo el proceso.