Un golpe de timón de gran calibre en el ecuador del actual mandato y el mayor reajuste de competencias en su equipo de gobierno desde que asumió la Alcaldía en 1999. Es lo que ayer anunció el alcalde, Miguel Fernández Lores, en lo que él mismo calificó como una "profunda remodelación" de funciones que afecta a la práctica totalidad de sus once concejales.

Los cambios, que desde hoy son efectivos, elevan de categoría a varios de los ediles, pero especialmente a dos, Anabel Gulías y Demetrio Gómez Xunqueira. También salen reforzados, al menos en cuanto a nuevas áreas de trabajo, Alberto Oubiña, Carmen da Silva y, en menor medida, Raimundo González Carballo. En cambio, pierde mucho peso Luís Bará, al que se le retira la mayor parte de sus anteriores funciones con el argumento de su trabajo en el Parlamento gallego, del que forma parte desde hace unos seis meses.

Resulta también llamativa el relevo al frente de Asuntos Sociales, área que se le retira a Carmen Fouces para pasar a manos de Anxos Riveiro. El alcalde justificó ayer este cambio en la "coordinación" de Educación (ya en manos de Fouces), con Cultura, que pasa ahora a su departamento, pero desde la oposición todos coinciden en explicar el relevo en el "gran deterioro de los servicios sociales desde que esta concejala los dirige". Su gestión ha sido blanco de las quejas de la oposición en numerosos plenos.

Hasta ahora, las anteriores crisis y remodelaciones en el gobierno local se debían a la marcha de algún edil, lo que obligaba a ciertos reajustes, pero en esta ocasión se trata de una reestructuración integral sin cambiar las caras pero sí sus funciones. Lores justificó ayer estas medidas en "los importantes cambios legislativos" y en el "panorama diferente al del inicio del mandato", sin visos de alcanzar acuerdo de gobierno con ninguno de los grupos de la oposición. No obstante, también admite veladamente la necesidad de "agilizar" la tramitación de los proyectos y de adelgazar las competencias de concejales con funciones en otras administraciones, concretamente el propio Bará y César Mosquera, vicepresidente de la Diputación. Ellos son dos de los que pierden competencias, junto con Vicente García Legísima, aunque con menor repercusión. El alcalde insistió en que "tenemos concejales polivalentes y no queremos especializaciones". Aunque insiste en que "estoy encantado con mi equipo, hay que hacer una remodelación profunda y positiva para dar impulso al trabajo municipal".

En cambio, la oposición enmarca esta remodelación en el "fracaso" del gobierno de Lores en estos dos últimos años.

La retirada de competencias a Luís Bará es la más llamativa entre todas las medidas tomadas ayer y llega después de una amplia campaña de la oposición, especialmente del PP, por la "parálisis" de su concejalía desde que tomó posesión como parlamentario gallego.

Lores apuntó ayer hasta siete razones para justificar esta remodelación, si bien insistió una y otra vez en que se siente "orgulloso" de su equipo, pero ahora se trata de "hilar más fijo y sacar lo máximo de cada concejal". Entre esas razones, admite que la presencia de Bará en el Parlamento y de Mosquera en la Diputación, donde ejerce como vicepresidente, suponen una "merma en su dedicación" al Concello.

Pero también habla de la "necesidad de mayor coordinación", más atención al seguimiento de proyectos y el sistema de contratación, y al hecho de que ya "hemos descartado" un supuesto pacto de gobierno con otro grupo municipal, después de los recientes escarceos con Marea.

Cambios

De este modo, Anabel Gulías asume competencias de Bará (centro histórico y sus obras), Legísima (Mercado) y Da Silva (Urbanismo), sin abandonar las que ya tenía en Promoción da Cidade, lo que convierte a esta edil en uno de los "pesos pesados" del nuevo equipo. En ese rango se incluye también a Demetrio Gómez, que cede Xuventude a Oubiña, pero se encargará de todas las obras de movilidad y transporte que abandona Bará y la coordinación entre rural y casco urbano. Carmen da Silva pierde Urbanismo, pero se hace cargo a partir de ahora de la coordinación de todo el grupo municipal, tarea en la que reemplaza a Mosquera. También será la cabeza visible de los fondos DUSI, en colaboración con Gómez y González Carballo.

Anxos Riveiro y Carmen Fouces se intercambian Cultura y Servicios Sociales, manteniendo el resto de tareas anteriores y Oubiña incorpora Xuventude y Parques y Jardines, así como algunas parroquias.

El que ve reducida al máximo su concejalía es Luis Bará. Pierde el casco histórico y sus obras, la movilidad del tráfico y el transporte y las zonas verdes y se queda únicamente con el Patrimonio Cultural. Pese a esta aparente "degradación", Lores defiende su trabajo y descarta que abandone el Concello aunque dedique más tiempo al Parlamento.

Por su parte, Raimundo González Carballo mantiene todas sus competencias anteriores, especialmente Facenda, pero se hará cargo también de la coordinación integral de todas las contrataciones municipales, entre ellas asuntos de peso pendientes como la gestión de las piscinas municipales y los contratos de agua y basuras. Se trata, según Lores, de "agilizar" un apartado en el que se han detectado cierto frenazo de tramitación.