Los profesores del programa de mayores de la Universidad alaban su actitud en el aula y sus ganas de aprender, cualidades que más de una vez echan en falta entre sus alumnos más jóvenes. Y este buen feeling parece ser mutuo, pues los alumnos sénior de los tres campus otorgan a la docencia una nota media de 4,6 sobre 5 frente al 3,15 que le adjudican los alumnos ordinarios de grado y máster.

Los datos proceden de la última encuesta de satisfacción realizada y publicada por la institución referente al curso 2015/16, cuando los tres campus sumaban 635 sénior matriculados -446 en el ciclo intensivo y 189 en el superior-.

Los estudiantes valoraron la organización de las clases, así como el trabajo realizado por sus profesores para motivarles y favorecer su participación, resolver con claridad sus dudas, facilitar el aprendizaje y contribuir a alcanzar los objetivos de cada materia.

Los alumnos sénior de Vigo son los más satisfechos -4,7- mientras que los de Ourense y Pontevedra coinciden en otorgar a la Universidad un 4,6. Por materias, las que reciben la puntuación máxima de 5 se imparten en estos dos últimos campus y están relacionadas con la alimentación saludable, la historia y el arte, la economía, la geografía, la literatura o la iniciación al inglés.

Para los estudiantes vigueses, las asignaturas mejor valoradas, con una nota de 4,9, son etnobotánica, Literatura española y cine español de los 50.

La percepción de los alumnos sénior ha mejorado pues en el curso anterior, 2014/15, la puntuación media fue de 3,9. Los estudiantes vigueses otorgaron un 4,1 y los de Ourense, un 3,7. La encuesta todavía no incluía al campus pontevedrés.

La Universidad realiza cada año estos informes de satisfacción entre sus alumnos para que los responsables de los centros y titulaciones puedan detectar y mejorar los puntos débiles. La nota otorgada por los estudiantes sénior constituye una buena noticia para la institución, pues la matrícula de adultos ha ido en aumento.

El programa para mayores de 55 años se creó en 2002 y en 2006 se amplió con el ciclo integral que permite a los sénior cursar las mismas materias que los alumnos de los grados. En 2011/12, la matrícula fue de 379 estudiantes, de forma que ha crecido un 67,5% en los últimos cursos. Y la franja de edad más frecuente es la de entre 65 y 75 años.

Este crecimiento de la demanda es común en todos los campus españoles, que suman alrededor de 60.000 matriculados sénior. Ellos tienen la oportunidad de estudiar por primera vez en la universidad o de ampliar su formación, mientras que los rectorados palían la caída de alumnos jóvenes por el descenso de la natalidad.