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Las reformas alivian a los órganos de instrucción pero cargan las agendas de juicios en los Penales

La semana pasada FARO ya destacaba que uno de los efectos que había tenido la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal en los juzgados de la ciudad era la caída de los asuntos ingresados por los órganos de instrucción que en el año 2016 habían tramitado 6.600 menos que en 2015. Esto se debía a medidas que incluía la reforma como que las fuerzas de seguridad no deberían trasladar al juzgado los atestados de delitos sin autor conocido.

No obstante, esta no ha sido la única consecuencia de las últimas reformas legales que incluían también por ejemplo, un plazo máximo de seis meses para la instrucción de un procedimiento, salvo que se solicitase una prórroga si el juzgado declaraba el asunto como causa compleja.

Estas medidas han provocado que los juzgados de instrucción acelerasen todas las causas que tenían paralizadas y la avalancha ha llegado ahora a los juzgados de lo Penal de la capital, que son los encargados de enjuiciarlos, junto a la Audiencia Provincial en los asuntos más graves.

Tanto es así, que las agendas de señalamientos de los juzgados de lo Penal están repletas y ya se están señalando a estas alturas vistas para los meses de junio y julio. Otra prueba de esta saturación es que solo las dos secciones de lo penal de la Audiencia, la segunda y la cuarta, celebran esta semana ocho vistas, un número muy superior al habitual.

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