El gobierno local no ceja en su empeño de limitar la circulación rodada por el puente de A Barca o, en su caso, reforzar el tránsito peatonal con la ampliación de sus aceras. El aviso lanzado a principios de febrero sobre el mal estado de la marquesina instalada hace más de dos décadas no fue más que el primer paso de la campaña que ha decidido rescatar el Concello para tratar de convencer a la Xunta de que acomete una reordenación circulatoria en profundidad en el propio viaducto y en su entorno.

Esta ofensiva municipal se reforzó en la reunión que el pasado lunes mantuvieron el alcalde, Miguel Fernández Lores, y su "mano derecha" César Mosquera, con los conselleiros Ethel Vázquez y Alfonso Rueda. En ese encuentro, en principio previsto para analizar la "intermodalidad" entre las estaciones del tren y de autobuses, el gobierno local aprovechó para poner de nuevo sobre la mesa el caso de A Barca.

Y la Xunta no se cerró en banda a estudiar, al menos, el asunto. Según los dos ediles asistentes a la reunión, Rueda y Vázquez se interesaron incluso por los posibles costes de esta mejora del tránsito peatonal. Mosquera ha explicado que habría dos opciones: mantener los dos carriles actuales, uno de entrada y otro de salida, y ampliar las aceras con voladizos hacia el exterior. La otra sería mantener el ancho actual con un único carril, previsiblemente de salida, y aprovechar el otro para ensanchar las aceras.

El vecino Concello de Poio también refrenda esta idea de reducir la estructura a un único carril de circulación. El alcalde de Poio, Luciano Sobral, ha mostrado su satisfacción al paso dado por el Ejecutivo autonómico de estudiar la reducción del tráfico. Desde este consistorio se sostiene que lo idóneo sería un único carril de entrada a Pontevedra.

El problema del nudo

El concejal pontevedrés descarta de plano la primera posibilidad, no solo porque el funcionamiento del tráfico sería el mismo, sino porque duda de que la estructura del puente, más que centenaria en sus orígenes, soporte más peso y elementos de los que ya hay. Por ello aboga por la dirección única.

A su juicio "es la más barata", aunque "tampoco sería la mejor" mientras no se resuelva el nudo de A Barca, "que es donde está el problema" y repercute, con sus retenciones, en Echegaray, Domingo Fontán y otros puntos. Con coches que acceden a la vez desde tres viales como la PO-308, la PO-531 y A Caeira, un centro comercial al lado y pasos de peatones que frenan la circulación, la única solución, para Pontevedra, es sacar vehículos de ese nudo. Poio defiende desde hace años que se ejecute para ello el denominado vial de O Vao.

Mosquera recuerda las ocasiones en las que el puente permaneció parcialmente cerrado -por unas obras de canalización de agua hace un par de años y recientemente, por el derribo de un viejo edificio en A Barca- para insistir en que "en esos momentos siempre funciona mejor".

Mientras tanto, el reciente análisis con drones de la marquesina, en la que se comprobó superficialmente el deterioro parcial de su madera, será la clave para determinar futuros usos. Según el Concello, la Xunta asegura que en aquellos vuelos no solo se repasó el estado de la propia cubierta de madera, sino también la estructura general del puente y se realizaron fotografías de alta resolución e "incluso rayos X". Con sus datos, que podrían conocerse a finales de este mes, se decidirán los futuros pasos. La consellería tiene en marcha un proyecto de rehabilitación que podría ampliarse de ser necesario.

Estas imágenes serán ahora objeto de estudio por parte de los técnicos de la Consellería de Infraestruturas y se espera que en un mes se pueda tener un diagnóstico del estado del puente de A Barca, especialmente de la marquesina dado que la estructura general no parece presentar problemas, de tal forma que a partir de esa evaluación se tome una decisión sobre el tipo de proyecto que se lleva a cabo para mejorar la situación del viaducto, la reparación, reforma o nueva construcción del voladizo que ampara el tránsito peatonal en este puente. Una vez tomada esta decisión se ordenará la redacción del mismo para su posterior ejecución.

La inspección con drones se llevó a cabo el 21 de febrero, dos semanas después del último aviso municipal sobre el deterioro de la marquesina. A raíz de los daños causados por los últimos temporales, los bomberos y el Concello de Pontevedra alertaron del mal estado de algunos elementos del puente. La Xunta mantiene que la estructura del puente esté en mal estado. El Concello no lo niega pero duda de que pueda soportar más peso. De hecho, hace años que está prohibido el paso de grandes camiones.