En cuestión de días podrían comenzar los contactos entre Marea y el BNG para acordar la futura "estabilidad municipal" en la que la formación rupturista daría a los nacionalistas apoyos puntuales en materia presupuestaria. Las demandas del equipo de Luís Rei se plasman en un documento de 50 puntos, repartidos en seis áreas, que el BNG dice no haber recibido todavía. En todo caso, Marea afronta estas negociaciones sin la pretensión, al menos a priori, de entrar en el gobierno local. Se limitaría a apoyos "desde fuera" en asuntos concretos, ya que hay "serias diferencias" en temas como los servicios de agua y basura.
Tanto Marea como el PSOE defienden que, al menos, se estudie su "remunicipalización" y esa demanda forma parte de sus 50 puntos. Por ello, este contrato será uno de los primeros episodios que sirva para calibrar la "buena sintonía" que existe entre ambas partes desde que el BNG logró en diciembre aprobar los presupuestos gracias a la abstención de Rei.
El gobierno local rechaza otra vía distinta a la concesión y esgrime las inversiones que se exigirán a las futuras concesionarias para descartar la gestión pública. La intención es incluir mejoras por importe de 30 millones de euros que deberían asumir las empresas para adjudicarse este servicio. La más importante es que la nueva concesionaria debería completar la red de saneamiento que está pendiente de finalizar en varias parroquias del rural.
