Durante el año 2016, un total de 125 países de todo el mundo fueron origen o destino de las más de 2.342.000 toneladas de carga operada a través del Puerto de Marín. De esta cifra -y una vez excluidos avituallamientos y pesca fresca-, el 68,7% fueron importaciones y el 31,3% restante corresponde a exportaciones.
Esta intensa relación comercial de import-export reforzó durante 2016 el papel del Puerto de Marín en el entramado logístico de los más diversos sectores, entre los que se pueden citar pescado congelado, fruta, productos textiles, siderúrgicos, eólicos, material de construcción, graneles, pasta de papel, maderas, etc.
Con respecto al tráfico de graneles agroalimentarios, destacan las procedencias europeas en variedades como el trigo, con aumento de la participación de países bálticos como Lituania, Estonia o Letonia.
En países como Reino Unido o Suecia aumentaron los puertos de carga de este cereal: hasta cinco puertos británicos o cuatro suecos exportaron graneles a Marín. Con respecto al maíz, las mayores partidas recibidas proceden de Canadá, Ucrania, Nueva Zelanda, Rumanía o Rusia. En el apartado de piensos y forrajes, Argentina o Brasil son alguno de los principales exportadores.
Las grandes descargas de cereal fueron operadas en el Muelle Oeste, aprovechando sus 15 metros de calado y más de 300 de largo para dar servicio a los buques de mayores dimensiones.
En contenedor
En cuanto a la mercancía transportada exclusivamente en contenedor, se produjo relación comercial con 114 países. Este intercambio con todos los continentes se ve potenciado además por el hecho de que Marín es el único puerto de Galicia que cuenta con una conexión directa semanal con Centroamérica y Sudamérica, siendo de este modo primera escala en Europa para los tráficos procedentes del continente americano.
El Puerto dispone también de conexiones con todo el mundo a través de servicios feeder y en tiempos de tránsito altamente competitivos en el sector. Con respecto a la carga contenerizada, hubo un incremento relevante de importación y exportación de pescado congelado con Argentina, Namibia, Uruguay, Perú y Ecuador (por el importante peso del sector frigorífico en Marín), de fruta con Costa Rica o de carga seca con Alemania, China, Vietman, Colombia o México, entre otros.
Dentro de la mercancía en contenedor también destaca la exportación de tablero y madera aserrada a diferentes puertos de Sudamérica y Asia o la importación de tablero desde Rumanía.
Con respecto a otras mercancías como los materiales de construcción, se exportó en 2016 desde el Puerto de Marín fundamentalmente piedra a países como Estados Unidos, Turquía, Marruecos o México, a la vez que se realizaron importaciones desde Brasil.
También destaca la pasta de papel, en este caso a destinos en su mayoría europeos. Por otro lado se sitúan los aerogeneradores y componentes eólicos, que han situado a Marín como un referente en el sector, ganando cada vez más peso en una de las actividades de exportación con mayor valor añadido. En este caso, los principales países de destino son Francia, Polonia, Alemania, Bélgica o Grecia.
Nodo logístico
Además del tráfico marítimo y de las múltiples conexiones que ofrece el puerto, la apuesta del Puerto de Marín por ser un nodo logístico intermodal también se refleja en las importantes conexiones ferroviarias que mantiene el enclave portuario, con una media de ocho trenes semanales.
Mercancías como los productos siderúrgicos llegan al puerto por mar desde orígenes como Países Bajos, Francia o Alemania y se distribuyen a través del ferrocarril para dar servicio a importantes grupos del sector del acero y la automoción en toda España y Portugal, convirtiendo a Marín en un centro logístico de primer orden para este tipo de operaciones.
