Nodosa, el astillero del puerto de Marín, ha sido capaz de duplicar los puestos de trabajo que genera, en plena crisis y tras abrirse a nuevos mercados. La empresa afrontó el peor período de la depresión económica con una media de 70 trabajadores y ha logrado alcanzar en estos momentos los 140 empleados, con previsiones optimistas para los próximos años. El astillero tiene garantizada la carga de trabajo para al menos los próximos dos años, con varios proyectos en cartera.

Además de los empleos directos, el astillero marinense ha generado puestos de trabajo también a través de la industria auxiliar y empresas subcontratadas para cada uno de sus proyectos. Actualmente en este astillero -que ayer botó el buque palangrero CFL Hunter, para Consolidated Fisheries (CFL), de Falkland Islands (Islas Malvinas)- trabajan unas 400 personas, lo que da una idea de cómo ha evolucionado la creación de empleo en este astillero en los últimos años.

El gerente de Nodosa, Rafael Outeiral, explica que "en los años más duros de la crisis mantuvimos el empleo estable y con las nuevas instalaciones logramos incrementarlo de manera notable; si no se duplicó, casi".

Nodosa Shipyard tiene en estos momentos siete barcos en construcción y otros dos naves encargadas, con un contrato rubricado hace solo unos días. Son nueve buques, dos de ellos pesqueros encargados por una empresa alemana, que se suman a otro buque para Holanda y tres para las islas Malvinas, además de la actividad de reparación y modernización de barcos que se mantiene en las gradas del astillero, como explica José Ramón Regueira, director comercial de Nodosa Shipyard.

En su historia reciente, la empresa ha sido capaz de esquivar la crisis sufrida por el sector, adaptándose a la nueva situación y siendo capaz de diversificar incluso dentro del período en que la recesión azotó a todos los sectores económicos.

En el período 2007-2009, en plena irrupción de la crisis, Nodosa fue capaz de ganar presencia en la construcción naval, precisamente cuanto ésta atravesaba su peor momento. Incluso "tuvo la visión" -explica su gerente- de dirigir sus esfuerzos hacia nuevos mercados, como fue el de las dragas. "Para nosotros fue un verdadero salvavidas, porque en aquellos momentos en los que no se construían buques, ni de pesca, ni de apoyo a las industrias del petróleo, ni de otro tipo, encontramos un nicho de mercado en las dragas y nos agarramos a él para salir adelante", explica Rafael Outeiral.

Con la actividad que mantiene en cartera y la que ahora le proporciona un nuevo contrato con una empresa alemana para construir dos arrastreros "tenemos buenas expectativas, al menos para mantener esos niveles de empleo que ahora mismo ya son muy altos", confirma Outeiral.

Evolución

Tras la adquisición de Factoría Naval de Marín, en el año 2015, la evolución ha sido positiva para Nodosa. Con las nuevas instalaciones en el Puerto de Marín se abrió el abanico de posibilidades de trabajo para el astillero, tanto en la construcción como en la reparación de buques. Atuneros, mercantes, grandes barcos a los que hasta ese momento no entraban en la cartera de clientes de Nodosa se incorporaron a las gradas de este astillero.

Este período coincidió además con un nuevo repunte de la construcción de pesqueros -explica Rafael Outeiral- "que para nosotros son la referencia, venimos de la pesca y fuimos siempre un astillero vinculado al sector pesquero", explica. En los últimos días Nodosa Shipyard ha apuntalado su cartera de pedidos con la contratación de dos nuevos arrastreros de 35 metros de eslora para un armador de Alemania.