Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Fracasa el intento de aumentar la comunidad del convento de clausura de Santa Clara

Dos de las tres religiosas que se incorporaron con este fin regresaron a sus comunidades de origen -En el cenobio viven ahora tres hermanas -Su abadesa es la de Santiago

Vista aérea del complejo del convento de Santa Clara, en el que ya solo viven tres religiosas. // Gustavo Santos

La clausura sufre una de sus peores crisis. La comunidad religiosa del convento de Santa Clara en Pontevedra ha fracasado en su intento de atraer nuevas hermanas a la ciudad. El problema no es el emplazamiento ni mucho menos el edificio, un conjunto histórico, sino la falta de vocación religiosa en la sociedad, con el agravante de la clausura. Los intentos de aumentar el número de hermanas en la calle del mismo nombre han sido en balde, así que la situación de las tres que ahora viven en el convento vuelve a ser crítica, al igual que hace un par de años, cuando casi se visualizaba el cierre del mismo.

"Si a lo mejor nos tenemos que marchar, porque hay que cerrar, me voy a otro convento de clausura, pero a la calle no quiero", asegura una de ellas tras el torno en el que reciben los huevos en ofrenda a Santa Clara.

Desde la Delegación Diocesana para la Vida Consagrada aseguraron a FARO que la comunidad pontevedresa lleva ya bastante tiempo intentando mejorar la situación actual del convento, "buscando atraer religiosas que puedan incrementar el número de hermanas". Y esa será la dirección en la que seguirán trabajando, al menos a corto plazo, "aunque conscientes de la dificultad de conseguir nuevas vocaciones".

Pero es que a la falta de vocación religiosa en general hay que sumar la dificultad en encontrar hermanas que quieran realizar el voto de clausura "para toda la vida". La prueba está en que las dos religiosas que llegaron últimamente desde las localidades coruñesa de Oleiros y lucense de Ribadeo terminaron por abandonar el convento y volvieron a sus comunidades de origen.

Esto deja a esta "familia" en solo tres hermanas, una de ellas llegada desde Santiago. Dos de las religiosas se acercan a los 80 años, mientras que la tercera no hace mucho que cumplió los 50.

Es, precisamente, la cuestión de la edad la que pone en riesgo el futuro de conventos como el de Santa Clara, ya que le media en los de toda España es superior a los 70 años. Según el número 3.021 de la revista religiosa Vida Nueva, cada mes cierra un monasterio en España. Este declive se ha notado especialmente en los monasterios femeninos, veinte veces más numerosos que los masculinos. En la última década, según la publicación, se ha pasado de 864 conventos de religiosas a 779. Los masculinos se redujeron de 38 a 35.

Negociaciones paradas

La Delegación Diocesana para la Vida Consagrada recuerda que las hermanas clarisas de Pontevedra son ahora integrantes de la comunidad de Santiago, más numerosa, y que su abadesa es la de la capital gallega.

La situación del convento es tan crítica que fueron los propios religiosos las que se pusieron en contacto con el anterior gobierno de la Diputación provincial, con Rafael Louzán al frente, para intentar salvar el edificio, un monumento cuyo origen se remonta al siglo XIII. Según manifestó Louzán a mediados de 2015, las negociaciones se prolongaron durante más de dos años, aunque finalmente no fructificaron porque la comunidad quería seguir viviendo en el cenobio.

Sin embargo, esas conversaciones no se han vuelto a repetir con el actual gobierno provincial. Fuentes tanto de la presidencia como de la vicepresidencia de la Diputación aseguraron ayer que no se había producido ningún tipo de contacto en ninguna de las dos direcciones y que sería imposible ahora mismo que la institución incorporase al edificio gótico al patrimonio público.

Compartir el artículo

stats