"Lo más urgente era balizar la carretera PO-542 y evitar el paso de los coches" al pie de la casa en riesgo de desplome en Marcón, según detalló ayer el jefe de los Bomberos y arquitecto de formación Miguel Estévez, tras entregar al gobierno local su informe sobre la actuación desarrollada el pasado sábado en la carretera entre O Pino y Bora.

Esas medidas "más urgentes" referidas por el técnico fueron las que se llevaron a cabo el mismo sábado, poco después de que una vecina alertada de que la buhardilla de esta casa abandonada presentaba riesgo de venirse abajo. Mientras los Bomberos realizaban una inspección de todo el inmueble, por dentro y por fuera, y verificaban su mal estado, la Guardia Civil instalaba señales luminosas y de advertencia en la carretera y situaba conos en la calzada para alejar los coches de la casa.

Ayer se cumplió el tercer día con el tráfico afectado. Desde entonces ese tramo, entre la casa parroquial de Marcón y el bar Emiliano, aproximadamente, permanece balizado y la circulación de subida debe transitar por el arcén. A partir de ahora las futuras medidas que se deben adoptar corresponden al servicio municipal de Disciplina Urbanística. Por el momento no se han acordado acciones de emergencia, como un apuntalamiento inmediato de la citada buhardilla, pese a la inclinación que presenta.

El gobierno local sí prepara una orden de ejecución para que los propietarios del inmueble lleven a cabo las reparaciones o tareas de consolidación que decidan los técnicos municipales. El Concello señala que al tratarse de una propiedad privada, deben ser sus dueños los que actúen, salvo dejadez por su parte y se deba actuar con total urgencia.

La casa afectada permanece desde hace años sin uso alguno y el deterioro viene de atrás, aunque los recientes temporales pudieron agravar su estado. Durante la actuación del pasado sábado no solo intervinieron los Bomberos y la Guardia Civil, sino también operarios del servicio eléctrico, ya que unos cables discurren por la fachada en peligro.