La variante de Alba, la cesión del primer tramo de la calle Rosalía de Castro y la mejora del nudo de Mollabao. Son tres de las actuaciones que el gobierno local planteará a la conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, en una próxima reunión, continuación de la entrevista institucional que hace algo más de una semana mantenía el alcalde, Miguel Fernández Lores, con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.

El proyecto de la variante de Alba ya está encauzado y podría exponerse al público en los próximos meses, mientras que la cesión de Rosalía de Castro (entre Fernández Ladreda y Pontemuiños) ya fue aceptada por la Xunta a falta de concretar los detalles. Sin embargo, la mejora del nudo de Mollabao es un asunto aún pendiente. Menos de cinco años después de su ejecución, dentro del segundo tramo de la variante de Marín que permitió completar ese vial en julio de 2012, este enlace con la autovía presenta ya deficiencias en su pavimento.

El Concello alerta de que existen baches y otras deficiencias en el asfalto, especialmente en el tramo de acceso a la PO-11. En ese punto también se denuncia la existencia de un peralte mal diseñado, lo que ha provocado ya diversos accidentes, con vuelcos de camiones incluidos. El gobierno local acudió con estas quejas a la Demarcación de Carreteras del Estado, de Fomento, al entender que formaba parte de la red estatal, pero el ministerio aclaró que ese tramo es competencia de la Xunta, administración que ejecutó la variante de Marín y el propio nudo hace cinco años.

Por ello, el Concello planteará esta demanda a Ethel Vázquez con el fin de que se mejore en lo posible una intersección que sobrevuela, con una rotonda elevada, la autovía de Marín y por la que se calcula que circulan a diario al menos 20.000 vehículos.

Según los últimos estudios de tráfico de la Xunta y de Fomento, por la autovía de Marín pasan a diario 20.700 coches, a la altura de Placeres, mientras que en la PO-10 y la PO-11, que enlaza O Pino con Mollabao, la intensidad diaria de circulación llega a 24.000 coches. Es precisamente la conexión entre la autovía y la PO-11 la más utilizada de ese punto toda vez que el tránsito por la variante no llega todavía a 10.000 vehículos.

Se convierte así en uno de los puntos con más tráfico del perímetro urbano, por delante de los 17.000 coches que pasan, por ejemplo, por A Barca.

Tanto la variante de Marín como el tramo entre O Pino y Mollabao, sobre todo en su sector final, son escenario con cierta frecuencia de accidentes circulatorios, una siniestralidad que el Concello quiere reducir en el recorrido más urbano de la PO-546, la calle Rosalía de Castro, de titularidad autonómica y cuya cesión está en negociaciones. El Concello propone limitaciones de velocidad a 30 kilómetros por hora, aceras y arcenes que cumplan las condiciones en cuanto a dimensiones.

El gobierno local argumenta que pese a ser plenamente urbano, "presenta el aspecto de una carretera o travesía, con aceras antiguas y estrechas, sin medidas de calmado de tráfico pese a estar en el entorno un colegio, un centro de salud y un centro de día".