En el municipio de Pontevedra hay un censo oficial de 22 furanchos registrados, pero a día de hoy solo uno de ellos, en Tomeza, se encuentra en funcionamiento. El adelanto de dos meses en la apertura de la campaña no parece cuajar todavía en el sector, que congrega a cientos de clientes cada día, especialmente los fines de semana, en los meses previos al verano.

La ordenanza municipal de furanchos, elaborada hace unos tres años, establecía una apertura de cada establecimiento durante un máximo de tres meses entre marzo y junio. Sin embargo, en 2016 fue modificada para adelantar a enero la fecha de inicio de la campaña. Pero transcurrido mes y medio desde ese comienzo, la inmensa mayoría de los productores prefiere aguardar a los meses más clásicos. Aunque fue el propio sector el que pidió el adelanto, la climatología también influye en la venta de vino, ya que depende de las cosechas.

Número oficial

De los 22 furanchos registrados, el único que pidió licencia es el de Fina, en Tomeza. El Concello calcula que es ahora cuando comenzará la tramitación de las demás autorizaciones, para comenzar su actividad entre marzo y abril.

El censo sitúa a Marcón como la parroquia con más locales, siete, por delante de los tres de Salcedo, otros tres en Campañó y tres más en Tomeza. Hay dos en Mourente y en las parroquias de Verducido, Pontesampaio, Bora y Cerponzóns está registrado un furancho en cada caso. Se constata además un descenso, ya que en 2015, cuando solo podían abrir desde el 1 de marzo al 30 de junio, eran 26.

El articulado de la normativa municipal que se aplica este año por tercera vez define a los furanchos como "los locales utilizados principalmente como vivienda privada, donde los propietarios venden el excedente del vino de la cosecha propia elaborado en la casa para su consumo particular". La degustación del vino puede acompañarse con cinco tapas. El local donde se desarrolla esta actividad deberá tener una superficie comprendida entre los diez metros cuadrados y los 200, así como una altura libre de 2,5 metros.

Los establecimientos podrán estar en funcionamiento un máximo de tres meses a elegir dentro del periodo de apertura fijado por la ordenanza y fuera de esta temporada no se admitirá ninguna excepción, de ahí que el sector llevara meses reclamando una ampliación de la temporada global, no de los tres meses máximos, para disponer de mayor margen de maniobra. Pese a esas peticiones, el adelanto no parece cuajar.

La ordenanza municipal aprobada en 2014 detallaba que las solicitudes se realizan por el procedimiento de la Declaración Responsable, a través de la Ordenanza de Simplificación Administrativa. Debe presentarse cuando menos un mes antes de la fecha prevista de apertura.

Es obligatorio contratar una póliza de responsabilidad civil por valor de 90.000 euros. También hay que acreditar que el furancheiro es productor de vino y aportar un análisis del material., que no puede estar embotellado, sino almacenado en barriles, todos ellos numerados.

Además, todos los loureiros tendrán colocados en un lugar visible en el interior del local el distintivo oficial "Furanchos de Pontevedra" a partir del momento en que se le notifique la resolución municipal de conformidad. El distintivo será renovado anualmente. Queda prohibida cualquier señalización o indicador exterior del furancho, más allá de las tradicionales ramas de loureiro.