Tanto los institutos como los colegios, y también las instituciones que llevan el nombre de alguna personalidad relevante, tendrían que cuidarse de mantener siempre viva su memoria como deferencia obligada o por simple coherencia con tamaña distinción.
Particularmente ese deber de conocimiento afectaría a los centros de enseñanza que se precian de serlo. Los nombres de Valle Inclán, Torrente Ballester o Sánchez Cantón, no responden a denominaciones comerciales, sino que encierran un significado que merece un recuerdo permanente en forma de charlas, seminarios, clases y otras actividades.
Esta introducción viene a cuento del XV Memorial Filgueira Valverde que está celebrándose sobre la deslumbrante figura de Francisco Javier Sánchez Cantón a cuenta del 125 aniversario de su nacimiento en esta ciudad.
El director del Museo, Carlos Valle, pidió en su conferencia inaugural la recuperación de su figura, al tiempo que anunció la presentación de un "nuevo" Sánchez Cantón a través de este Memorial y, sobre todo, por medio de su valiosa, interesantísima y esclarecedora correspondencia con su "alter ego" o discípulo aventajado Filgueira Valverde, de inminente publicación.
El Museo de Pontevedra no sería el que hoy es sin Sánchez Cantón. Ni tan siquiera puede afirmarse que habría nacido de no acaecer su decisiva mediación ante Daniel de la Sota, el presidente de la Diputación que permitió su creación. Y el Museo del Prado tampoco sería hoy el mismo sin la impagable salvaguarda de su rica pinacoteca, que él realizó con mimo insuperable durante la Guerra Civil.
Pontevedrés de pro, Sánchez Cantón recibió en vida el máximo reconocimiento de esta ciudad: la medalla de oro y el título de hijo predilecto. El personaje merece la pena hoy como ayer.
El meollo de la cuestión está en vislumbrar si este XV Memorial Filgueira Valverde servirá de acicate para poner en valor de nuevo la figura egregia de Francisco Javier Sánchez Cantón, quizá no bien conocida por las nuevas generaciones, pero en todo caso insuficientemente reconocida frente a tanto homenajeado chiquilicuatre sin merecimiento alguno.
