Filósofo y Guardia Civil, pero sobre todo, escritor. Raúl Calvo Varela (Ponteceso, 1936) pasó gran parte de su vida en Madrid, pero en el año 2000 se trasladó a Combarro para afincarse en la parroquia poiense por su puesto de Delegado de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles en Galicia. Hace unas semanas dejó ese cargo y hoy presenta en el Café Moderno, a partir de las 20.30 horas, su nueva novela, "La Búsqueda".
-¿Qué podrá encontrar el lector en "La Búsqueda"?
-La historia se encuadra en un pueblo gallego, en plena Posguerra Civil. Allí nacen dos gemelos, hombre y mujer. Durante la celebración de su 18º cumpleaños, el varón es detenido acusado falsamente de rojo y desde entonces, su hermana inicia una búsqueda vital para reencontrarse con él. Quiero exponer lo que pasaba en aquellos tiempos. Mis novelas siempre son inspiradas en cosas reales que pueden pasar, pero que no han pasado. Pretendo resaltar el azar, que es decisivo en el desenlace, el amor y la cultura.
-Su nueva novela es la primera de la colección de Arquero de Autores Actuales. Imagino que será un orgullo para usted.
-Según todas las editoriales, hay una crisis literaria grandísima literaria. Esta crisis se basa más en la falta de lectores que de escritores, aunque ellos no pueden responsabilizar al consumidor porque eso les restaría ventas. Entonces, han creado estas colecciones para impulsar la literatura. Me satisface que mi obra haya sido elegida la primera paliar una crisis en toda la sociedad de habla hispana.
-¿A qué se debe esta crisis?
-A la falta de cultura del pueblo. Evidentemente, hay factores que influyen en eso, como las opciones de ocio. Es triste que parejas pierdan comunicación entre ellos por centrarse más en el móvil que en su compañero. Yo tengo calculado que lee un 1% de la sociedad. Eso se puede probar en la playa, que es un buen sitio para leer. Fíjese en cuántas personas están leyendo. Una o dos de cada cien, como mucho. Antes se leía muchísimo más. Yo no conozco a nadie ajeno al mundo literario que lea habitualmente.
-Y a usted, ¿qué le lleva a seguir escribiendo?
-Siempre me ha gustado y dejé la Guardia Civil para dedicarme de lleno a ello. Lo seguiré haciendo hasta el último de mis días. Mi alma es para la poesía, pero ha desparecido de la sociedad. Ahora solo es un hobby para poetas. La poesía es la esencia de la escritura, pero ya no existe como literatura para el pueblo. Y no hay forma de recuperarla. Ahora se escriben "bestsellers" que son rollos. Porque aunque sea prosa, el lenguaje tiene que tener algo de poesía, de magia. Yo empecé con la poesía, pero luego me di cuenta de que no llegaba al público y me cambié a la prosa. Aunque también sigo escribiendo en verso.
-Entiendo que "La Búsqueda" no será un "bestseller".
-No, por Dios, no. El objetivo sigue siendo vender, pero no con "bestsellers", sino con calidad. Yo escribo y pienso en la calidad literaria y luego en llegar al público, pero no con cosas banales. Quiero darle a la literatura algo de cultura.
-¿Escribirá alguna novela ambientada en Poio?
-Sí, "La Mala Educación", que será la siguiente que publique, está ambientada en Poio, concretamente en Combarro. Trato de que el lector lo identifique, pero sin dar el nombre. Es la primera que ambiento en Combarro, aunque sí he hecho algunos poemas sobre la parroquia. Es un lugar muy apropiado para la producción literaria, para imaginar. Por eso estoy yo aquí, aunque en una ciudad pequeña es imposible explotar el alma de creador.
-¿Por qué?
-Porque no hay ambiente para ello. Tuve muchísimas reuniones con la Concejalía de Cultura para promover iniciativas. Quise hacer un taller y organizar el "Premio de Poesía Combarro", pero no fue posible. El dinero es el pretexto, pero yo creo que invertir 1.000 euros es bien poco y puede promocionar mucho el nombre del municipio.
-¿A la clase política no le interesa promover la cultura?
-Podría hablar mucho de eso. Usted perdone si me paso, pero al poder, no le interesa que Poio tenga cultura. Al poder político, que es el capitalista, no le interesa la cultura. Algunos tratamos de impulsar la cultura para nada. El responsable de todo esto es el poder, porque yo veo que dinero para otras cosas sí hay. Entonces es evidente que al poder no le interesa la cultura del pueblo.
