Todos los servicios públicos y empresas contratadas en pleno funcionamiento, la flota pesquera amarrada y un reguero de incidentes por toda la comarca. Es el balance inicial de la primera alerta roja por climatología adversa que vive Pontevedra en muchos meses. Tras un largo periodo sin lluvias, el temporal se dejó sentir ayer con fuerza, con rachas de viento por encima de los setenta kilómetros por hora de media y precipitaciones de más de 20 litros por metro cuadrado en menos de 24 horas.

Todo ello dejó las pescaderías vacías, riesgo en las carreteras y un sinfín de intervenciones por caídas de árboles, derrumbamientos de taludes, desprendimientos de tejas y decenas de otros incidentes en toda la comarca. En la ciudad de Pontevedra, con cerca de 20 litros de lluvia por metro cuadrado y rachas de viento de 75 kilómetros por hora, el Concello tuvo en alerta a la Policía Local, los Bomberos, Protección Civil, el servicio de jardines y las empresas de agua, limpieza, electricidad y mantenimiento, que tuvieron que intervenir en numerosas ocasiones, especialmente por la noche y de mañana, si bien la alerta por viento y lluvia se mantiene activa para hoy y todo el fin de semana.

En la ciudad, un árbol de grandes dimensiones se desplomó en el parque de Campolongo, frente a la iglesia de San José y mantuvo cortado uno de los paseos hasta las dos de la tarde, cuando fue retirado. También en otro parque, el de Las Palmeras, se pudieron notar los efectos de las fuertes rachas de viento, con el suelo "alfombrado" de ramas. También quedó derribada la valla que rodea al estanque, en plenas obras de restauración.

Los bomberos de Pontevedra tuvieron que actuar entre las seis y las ocho de la mañana en la retirada de árboles caídos y que ocupaban la calzada. Así ocurrió en Pontesampaio y en Monte Porreiro. En este último caso ocurrió en la calle Francia. En este mismo barrio quedó anulado el acceso a la estación de bombeo por el riesgo de caída de varios árboles. Los Bomberos también acudieron al entorno del Mirador por el riesgo de desprendimiento de grandes ramas. Estos efectivos no dejaron de trabajar en todo el día. A las dos de la tarde quedó cortada parte de la zona peatonal de Benito Corbal por la caída de tejas a la calle y en el Hospital Montecelo hubo que asegurar varias chapas del edificio. Carteles desprendidos en el casco viejo, señales caídas por toda la ciudad, contenedores volcados y desplazados y otros incidentes similares fueron una constante a lo largo de la jornada. También se produjeron desprendimientos de tierra en varios viales, entre ellos el acceso a Monte Porreiro en la avenida de Buenos Aires.

El río Lérez a su paso por el municipio es el mejor ejemplo del giro radical que experimentó la meteorología en poco más de una semana. A lo largo del pasado mes de enero cayeron sobre la ciudad unos 90 litros por metro cuadrado, pero 80 de ellos se concentraron en los últimos siete días. En estas dos jornadas transcurridas de febrero se acumulan al menos 25 litros más. Estos registros de precipitaciones en tan pocos días llegan después de uno de los otoños más secos de los últimos años y el diciembre con menos lluvia del siglo, lo que dejó el río Lérez con el peor panorama en mucho tiempo. Con un caudal de apenas seis metros cúbicos por segundo y un nivel de unos dos metros y medio del altura, tanto el Concello como Augas de Galicia activaron una prealerta por posible sequía. Este temporal ha dejado aquellas cifras, y la propia amenaza de sequía, en un simple susto. En cuestión de diez días el caudal del río en la estación de medición de Monte Porreiro se multiplicó por nueve y a las ocho de la tarde de ayer rozaba los 52 metros cúbicos por segundo, con picos que llegaban a los 77. Un simple vistazo a la presa donde se ubica la estación de bombeo para el suministro a la ciudad pone de manifiesto que el río está a rebosar, con un aspecto muy mejorado con respecto a finales de enero. De hecho, su altura ha crecido en este periodo en un metro y ya roza los 3,4 metros de nivel, por encima incluso de lo normal en estas fechas.