Árboles caídos, contenedores desplazados, vallas de obra derribadas por el viento. Son algunas de las consecuencias de las fuertes rachas que registra Pontevedra y su comarca que ya han superado, en algunos casos los 70 kilómetros por hora en el interior, que llegan a los 90 en la costa, como reflejan las estaciones de medición de Meteogalicia en la capital, Sanxenxo o A Lanzada.

Se trata de la primera alerta roja por viento y lluvia de este invierno, con el añadido de un intenso oleaje y que se mantiene vigente al menos hasta la próxima madrugada.

En la ciudad de Pontevedra, un árbol de grandes dimensiones se desplomó en el parque de Campolongo, frente a la iglesia de San José y mantiene cortado uno de los paseos. También en otro parque, el de Las Palmeras, se pueden notar los efectos de las fuertes rachas de viento, con el suelo "alfombrado" de ramas. Asimismo, está derribada la valla que rodea al estanque, en plenas obras de restauración.

Los bomberos de Pontevedra tuvieron que actuar entre las seis y las ocho de la mañana en la retirada de árboles caídos y que ocupaban la calzada. Así ocurrió en Pontesampaio y en Monte Porreiro. En este último caso ocurrió en la calle Francia. Son algunas de las más de 30 incidencias recibidas por el 112 hasta las ocho de la mañana en la provincia.

La Policía Local, por su parte,informa de un desprendimiento de tierra en el vial que enlaza Alba con Campañó que afecta a parte de un carril de circulación. También hay cortes por árboles caídos en el paseo fluvial del Lérez e incidencias por señales derribadas por el viento, todas ellas atendidas por los servicios municipales.

Mientras tanto, las precipitaciones se mantienen intensas. Solo esta noche han caído sobre la ciudad de Pontevedra alrededor de 14 litros por metro cuadrado, cifra que se eleva a 25 en Cotobade. En Caldas y Ponte Caldelas se rondan los 15 litros y algo más de diez en Poio. En cambio, en Sanxenxo Meteogalicia solo tiene contabilizados seis.

Este régimen de lluvias se repite ya desde hace más de una semana, lo que ha tenido un inmediato reflejo en el estado del río Lérez. Si a finales de enero aún estaba decretada una prealerta por riesgo de sequía, la situación actual ha cambiado radicalmente. El caudal medio del río a las diez de la mañana era de 37 metros cúbicos por segundo, cuando hace una semana, el 26 de enero, no llegaba siquiera a seis metros cúbicos.

Por su parte, el nivel del río ya alcanza cifras normales para esta época del año, al superarse con creces los tres metros de altura en la estación de medición de Augas de Galicia en Monte Porreiro. Los 3,17 metros actuales suponen una mejoría de un 25% con respecto al nivel de hace una semana, que era de apenas dos metros y medio.