Entre 2006 y 2007 el Concello llevó a cabo las extensas excavaciones de la plaza de García Escudero, que dejaron al descubierto arcos del puente de Burgo, parte de la muralla medieval, un miliario romano y restos del antiguo puerto de la ciudad, entre otros hallazgos. El frustrado Museo da Historia proyectado en esa zona, cargado siempre de polémica, dio paso a seis años en los que la zona estuvo cubierta con plásticos.

Así permaneció hasta que 2013, cuando se procedió a rellenar las zonas de menos valor del yacimiento, y a acondicionar el resto, con un ajardinamiento del entorno, incluido un parque infantil, y la instalación de un vallado que entonces se calificó de provisional, para ver lo que se dejó al aire libre

Una década después de aquellos trabajos en el yacimiento (continuidad, eso sí, de unos anteriores de 1988), el Concello afronta ahora una segunda actuación de mejora en ese recinto, donde siempre se tiene la sensación de que nunca está completo del todo. Se trata, básicamente, de sustituir aquel vallado provisional, mejorar la iluminación y aplicar otras actuaciones de "puesta en valor" de los restos, con un presupuesto próximo a los 60.000 euros y financiado con cargo a los fondos para obras públicas del Área de Rehabilitación Integral (ARI), del centro histórico.

Cuatro grandes cristales

Los trabajos ya comenzaron hace unos días con la instalación de cuatro "ventanas de observación". En otros tantos tramos del vallado actual se han montado marcos con grandes cristaleras que permiten ver sin obstáculos los vestigios de la cabecera norte del puente de O Burgo. Algunos operarios, a su vez, trabajaban en la mañana de ayer en el interior de las excavaciones, cuyas últimas tareas se llevaron a cano en junio de 2013.

Además del cambio de la valla perimetral, está previsto mejorar la iluminación de los restos, de modo que se realcen algunos de los hallazgos más valiosos. Se da la circunstancia de que a escasos metros también hay una segunda excavación arqueológica, la que corresponde al solar elegido por unas empresas funerarias para la construcción de un tanatorio.

En García Escudero, por su parte, no estaría de más que se adecentaran los paneles informativos sobre la excavación, ya que los actuales están muy deteriorados. El Concello apuntó en su día la posibilidad de colocar en esta plaza un vallado similar el del Campillo de Santa María, si bien sería necesario reforzar en ese caso las medidas de seguridad para evitar caídas. Precisamente, en Santa María también se echa en falta algún panel que informe de los restos históricos localizados en el Campillo.

Con un presupuesto de 59.730,44 euros, el "acondicionamiento y puesta en valor de los restos arqueológicos de la plaza de Valentín García Escudero" completa los proyectos públicos financiados por el ARI.

En noviembre pasado el gobierno local adjudicaba a la empresa Ediserpo otras dos obras del mismo plan: la reforma de las calles Pratería Vella y Tristán de Montenegro, en las proximidades de la basílica de Santa María, por unos 139.000 euros. Aún se cuenta con algunos remanentes económicos y todo apunta a que se actuará también en la calle Alvar Páez.

El ARI del centro histórico comenzó su andadura real hace poco más de un año, con el reparto de ayudas para la rehabilitación de diversos edificios del barrio. Aunque su vigencia inicial era de cuarto años, 2013-2016, al llegar con tanto retraso, los tres primeros años no se dispuso de presupuesto alguno, por lo que ya se ha otorgado una primera prórroga, hasta noviembre de 2017.