| La calle Rosalía de Castro y la plaza de A Peregrina fueron escenario anoche de las concentraciones de repulsa contra la violencia machista tras el más reciente asesinato, el de Virginia Ferradás, de 55 años y vecina de O Carballiño, asesinada por su marido. De nuevo las protestas quisieron hacer visible la lacra del feminicidio, poniendo de manifiesto que las mujeres no mueren, como denunciaron los participantes, sino que las matan, las golpean y violan. De nuevo el encuentro sirvió para que los asistentes se pregunten por qué las cifras de asesinatos apenas han variado en la última década a pesar de los distintos programas para promover la igualdad, cómo es que las jóvenes generaciones no están siendo educadas en valores contrarios al machismo o cómo es que reina el analfabetismo de género, también para hacer votos por un futuro en igualdad.