El autodesprecio y la vergüenza como marcas permanentes, el miedo por su propia seguridad y la de sus familias, la desintegración de su identidad y el robo de la capacidad de elegir sobre su vida. Son algunos de los traumas a los que apunta Cáritas para calificar la prostitución de "esclavitud moderna" y demandar a las administraciones (y en general a la sociedad) que no haga oídos sordos ante el sufrimiento de miles de personas, en su gran mayoría niñas y mujeres. Invitada por la organización benéfica, la educadora del Programa Vagalume Lourdes Pazo disertará mañana en Pontevedra sobre intervención en casos de víctimas de trata y prostitución.
-¿Qué es el Programa Vagalume?
-Es un programa que trabaja con mujeres en contextos de prostitución y/o víctimas de trata, trabajamos desde Santiago, nació a partir de Cáritas y las Hermanas Oblatas y llevamos ya más de 20 años de actividad con mujeres en estas situaciones.
-Además de con pisos de acogida, planes de apoyo etc trabajan en la calle ¿cómo es esa labor?
-Lo que hacemos es acercarnos a los lugares donde se ejerce prostitución, sobre todo en Galicia en los clubes de carretera y en los pisos, para ofrecerles a las mujeres información de recursos, material profiláctico y también para que tengan acceso a aquello que muchas veces desconocen o no saben, sobre todo que conozcan sus derechos, que puedan acceder a justicia gratuita, a asistencia sanitaria, a empadronamiento etc.
-¿Hay un perfil de la mujer prostituta?
-Fundamentalmente es una mujer inmigrante, muchas veces en situación irregular, pero también es verdad que con la crisis económica cada vez se ven más mujeres españolas que han empezado a iniciarse en el ejercicio de la prostitución por un tema fundamentalmente económico.
-¿Son jóvenes, madres??
-En estos momentos quizás ha aumentado un poco la edad, si que hay chicas jóvenes pero el abanico de edades va desde los 18 hasta superar los 50 años, es muy grande, puedes encontrar todo tipo de mujeres. Muchas de ellas sí que tienen hijos pero no los tienen aquí sino que mayoritariamente se inician en la prostitución como un proyecto migratorio, es la manera de entrar en el país o de buscarse la vida aquí mientras dejan a sus familias allá, sus hijos y con el tiempo los intentan traer. Después hay otras mujeres que tienen esa doble vida, tienen sus hijos, su familia, y sobreviven gracias a la prostitución o se inician en ella para intentar completar la economía del hogar.
-¿La vida de estas personas está muy rodeada de tópicos? ¿Qué es lo que se encuentran ustedes?
-Creo que hay muchísimos tópicos y un imaginario en lo que respecta al ejercicio de la prostitución. La gente tiene unas imágenes muy pequeñas, reducidas a una mujer con poca ropa, que está prostituyéndose y le gusta el sexo, que tiene una vida fácil o que gana mucho dinero. Y la realidad de la gran mayoría de las mujeres que ejercen la prostitución no es esa, no hablo de las que ganan mucho dinero, sino de la prostitución mayoritaria, que es un ejercicio por el que optan muchas como una manera de sobrevivir y de ganarse la vida porque no tienen otra alternativa? La gran mayoría de las mujeres que ejercen la prostitución no es que sean ricas, sino que sobreviven, y después están problemas como las adicciones, la soledad, el aislamiento y la invisibilización, porque muchas nunca salen del club y no conocen lo que hay alrededor? La prostitución es un problema de pobreza, desigualdad y falta de oportunidades.
-¿La mayor parte son víctimas de la trata o es un ejercicio "voluntario", si es que puede llamarse así?
-Es que efectivamente la voluntariedad en este tema es algo manipulado, no es una voluntariedad en la que una elige entre un abanico de ofertas sino que está mediatizada por la pobreza. Y ellas optan por eso como una vía de escape de la pobreza: son mujeres, inmigrantes, están en situación irregular, no tienen recursos en su país, modo de acceder a un sistema sanitario, educación o una mejor calidad de vida para su familia y optan por esto, pero muchas de ellas te dicen que si tuviesen una alternativa no se prostituirían.
-¿Cómo es posible que sea uno de los principales negocios de este país?
-Porque desgraciadamente la política es muy hipócrita y la sociedad también, la prostitución en este país no está prohibida, ni es legal ni ilegal, genera mucho dinero, porque siempre se piensa en las mujeres pero no en lo que está detrás, la prostitución es un negocio que implica a muchísimos profesionales que se están enriqueciendo. Todo lo que rodea a la prostitución no es mujer, cliente y proxeneta sino que hay mucho más, desde hace dos años entra dentro del IPC, es uno de los factores que se valoran, también la droga, y es algo que genera dinero, con lo cual no interesa mucho meter baza en este tema.
-¿Cómo es el cliente?
-También en el caso del perfil del cliente hay como una leyenda, parece que es una persona de bajo nivel cultural etc, pero los hay de todos los perfiles y edades, desde chavales jóvenes que lo toman como una alternativa más del ocio, hombres de mediana edad casados y solteros, todo tipo de personas hay dentro de los clientes de la prostitución.
-¿Cómo se puede llegar considerar normal, parte del ocio, el uso de una persona con un fin sexual?
-Es un problema de educación, educación en valores, en igualdad y en derechos, creo que se necesita trabajar con las jóvenes generaciones y hablar de la prostitución como una vulneración de los derechos de la mujer, porque no olvidemos que mayoritariamente la que se prostituye es la mujer.
-¿No hay prostitución masculina para mujeres?
-Es insignificante, sobre todo si la comparamos con la prostitución de mujeres, gays y transexuales para el cliente masculino. Existe la prostitución para mujeres pero es muy poca y además menos visible, también por esa forma de ver el mundo según la cual parece que los hombres tienen esa necesidad y en las mujeres ha de ser más oculto, incluso la prostitución de mujeres para mujeres también se da pero el porcentaje es tan bajo que no entra dentro de nuestro trabajo. En el caso de los gays para hombres se da fundamentalmente en pisos, igual que los transexuales, la transexualidad no está bien vista, es mucho más difícil que una transexual pueda acceder al mercado laboral y es un modo muchas veces de ganarse la vida y conseguir dinero para las operaciones o el tratamiento.
-Suecia ha planteado la abolición, otros países optaron por la legalización ¿cuál cree que debería ser la alternativa?
-Es la pregunta del millón; resulta muy difícil y complicado saber qué es lo mejor para acabar con la prostitución,. Si la mujer puede acceder al mercado laboral, salir de la pobreza, ni siquiera sería necesario planteárselo. Pero sobre todo habría que incidir en el tema de la educación, no sé si la abolición solucionaría el problema, no creo, evidentemente hay países como Suecia conde está abolida y en los que ha bajado mucho el consumo de prostitución y las víctimas de trata pero no podría decir si sería la solución, para mi es un problema de vulneración de derechos, como mujer y como persona y cuando vas a un club y las mujeres te cuentan compruebas que no es algo que se envidie ni si desee. Es complicado optar por abolición o no, nosotros desde Cáritas trabajamos porque ellas accedan a sus derechos y sean libres de elegir, incluso si quieren elegir la prostitución.
