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Los usuarios de la guardería de Saiñas, en guerra contra un muro

El desprendimiento de las piedras obligó a acordonar la zona y anula el escaso aparcamiento del lugar, provocando atascos

Muro caído en Saiñas. // Gustavo Santos

Los padres que cada mañana llevan a sus pequeños a la guardería de Saiñas, en la parroquia de San Salvador de Poio, se encuentran cada jornada con un obstáculo incómodo en el camino que conduce al centro educativo.

Las estrechas pistas de acceso a esta guardería se han visto todavía más reducidas debido al desprendimiento de uno de los muros laterales de una finca, que han precipitado cascotes y piedras al firme de la carretera y han obligado a acordonar y vallar la zona por motivos de seguridad, restando el escaso aparcamiento existente de la carretera a los usuarios que dejan y recogen a los alumnos del centro.

Precisamente debido a los atascos que se producían en este lugar en las horas punta, el ayuntamiento decidió hace unos meses redirigir el tráfico de esta ruta, impidiendo la circulación en ambos sentidos para así facilitar el tránsito de vehículos por la zona y permitir aparcar a un lado de la carretera pero este nuevo contratiempo vuelve a traer las retenciones a esta transitada y estrecha pista de San Salvador, un problema que se ha prolongado ya durante algunas semanas.

El Concello ha retirado el material desprendido que ocupó la carretera, pero las vallas y cordones policiales continúan colocados por riesgo de más desprendimientos.

Desde el gobierno local ya se han puesto en contacto con los propietarios de esta parcela privada para tratar de poner solución a este problema que de momento no ha encontrado solución.

La guardería de Saiñas acoge actualmente a cerca de un centenar de alumnos de entre 3 y 6 años que cada día acuden al centro para iniciarse en la etapa escolar.

La solución se presenta delicada al tratarse de una parcela privada y ya en el pasado año 2015 el concello se enfrentó a una problemática similar en las proximidades del Colegio de Viñas, cuando los vecinos del lugar alertaron del riesgo de derrumbe que presentaba un muro que cierra una finca particular y cuya inclinación se había estado agravando. Los residentes reclamaron una intervención de las administraciones públicas, para que el muro fuese reparado ante el temor de un desplome que parecía inminente. En aquella ocasión los propios vecinos del lugar de Viñas denunciaban que llevaban clamando contra el citado muro y sus peligros desde hacía cinco años.

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