En 2018 estará en ejecución la nueva variante de Alba, que supondrá una carretera de aproximadamente un kilómetro de longitud, con dos carriles de circulación (uno en cada sentido) y que enlazará las carreteras de Vilagarcía y de Santiago, con un presupuesto de 5 millones de euros. Así lo anunció la conselleira de Infraestruturas e Vivenda, Ethel Vázquez, tras reunirse ayer con el alcalde de Pontevedra, Miguel Lores, acompañados del director de la Axencia Galega de Infraestruturas (AXI), Francisco Menéndez.

La consellería presentará en las próximas semanas los trazados al Concello, para que el gobierno local opine sobre la mejor opción. Según sus previsiones, en el primer trimestre de 2017 se aprobará el trazado, en el segundo se licitará el proyecto constructivo y tras los plazos de exposición pública y alegaciones la obra debería estar en marcha en 2018. La nueva carretera conectará con la PO-531, entre Vilagarcía y Pontevedra en la actual rotonda, y la N-550, o carretera de Santiago, en las proximidades del actual cruce, "en un entorno de 50 a 100 metros", apuntó el alcalde de Pontevedra.

Sin expropiar viviendas

Se salvará la vía del tren con un paso soterrado y el río Rons con un pequeño viaducto. Para la ejecución de la obra no será necesario expropiar viviendas. "Es un asunto importante en Pontevedra y estamos plenamente comprometidos porque fue un compromiso del presidente de la Xunta con el alcalde de Pontevedra", afirmó la conselleira.

Se hará una primera fase, con un carril por sentido, con una longitud de "entre 700 metros y un kilómetro", aseguró la conselleira. Quedará abierta la posibilidad de ampliar el vial en el futuro. El nuevo vial evitará además el actual enlace, con el histórico problema de gálibo que tiene el paso soterrado bajo la vía del tren.

"Salgo encantado de esta reunión", aseguró el regidor municipal. "Una reunión agradable, razonable y en la que llegamos a acuerdos prácticamente en todos los aspectos que tratamos", añadió Lores. "Non bailo porque estou da columna", bromeó.

El alcalde subrayó que existe "voluntad política" por parte de la Xunta para resolver este problema. La carga de tráfico que soporta esta variante, así como los problemas históricos de gálibo son los motivos que hacen más necesaria esta vía, como apuntó el alcalde. A esta densidad de tráfico habitual se ha sumado el de la alternativa de Leborei, explicó.

En una primera fase se ejecutaría esta vía de nuevo trazado con un carril en cada sentido, previendo, entre otras actuaciones, su desdoblamiento en una fase posterior, cuando los tráficos lo consideren necesario.

La titular de Infraestruturas destacó la importancia de la colaboración entre administraciones, que en este caso está posibilitando avanzar en proyectos que darán respuesta a las necesidades de los vecinos de Pontevedra.

Carretera de Marín

Otro de los asuntos tratados en la reunión de ayer fue la petición del Concello para la cesión de algún tramo de la carretera de Marín. La Xunta estudiará una "cesión parcial" de algunos tramos de esta carretera, "los más urbanos" que el Concello quiere incorporar a la reforma urbana. El alcalde recordó que principalmente en la zona de Mollabao hay dotaciones públicas como un centro de salud, un colegio y una residencia de día para la tercera edad que requieren una intervención de mejora urbana que solo será posible si el Concello es el titular de la carretera.